Reyes y toros
Martín Sagrera Capdevila
lunes 17 de junio de 2019, 16:49h
Invité a mis amigos para celebrarlo. El rey había afirmado que las corridas deberían seguir siendo la fiesta nacional. Después, por primera vez, un diario capitalino había publicado una tímida crítica mía sobre ese tema, menor pero significativo. Cifras en mano, aduje que el deporte nacional era el fútbol, mientras que dos tercios de los españoles -hoy somos tres cuartos- rechazamos esa tortura animal y que la mitad de asistentes a las corridas son extranjeros que vienen a reírse de ese atraso cultural nuestro, como en la Tomatina o en el Rocío, tan poco religioso que fue denunciado hasta por un Nuncio. Muchos años después compruebo que el siguiente rey ha presidido una corrida de toros; para más INRI, para quien viva en el siglo XXI, de “Beneficencia”. También una nieta del primero acaba de ser embestida al participar en una novillada. Hay que coger al toro por los cuernos. La monarquía es una garantía de continuidad, sí, pero del Antiguo Régimen, sin que, aún atados y censurados, podamos ponernos aún al elemental nivel democrático de nuestros países vecinos y elegir a nuestro Jefe del Estado.