El 16 de abril, un grupo de personas sin techo se mudó con sus tiendas de campaña enfrente del Ministerio de Sanidad, Políticas Sociales e Igualdad. A día de hoy, más de un mes después de las elecciones generales y una semana después de las municipales, autonómicas y europeas, el campamento ha crecido y cuenta con 75 tiendas y más de 100 habitantes que luchan por su derecho a la vivienda.
Con la llegada del calor, las altas temperaturas hacen difícil estar en las horas de mayor incidencia de sol en la calle, aunque en Madrid existen numerosas personas que permanecen en ella 24 horas al día al no tener hogar.
Desde el 16 de abril hay levantado un campamento en el Paseo del Prado, junto al Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, donde personas sin recursos viven –y protestan– bajo el lema ‘Sin techo, con derechos’.
Empezaron siendo 50, y a día de hoy son ya 75 tiendas de campaña en las que estas personas luchan por sobrevivir. “La acampada ha crecido muchísimo, estamos durmiendo más de 100 personas, pasando ya más de 120 personas por este campamento, y ahora estamos pernoctando con 75 tiendas”, comenta a Madridiario Miguel, portavoz de este asentamiento.
“Somos tan personas como los políticos”, nos decían a este periódico justo antes de las elecciones del 28 de abril, en las que pidieron a los principales partidos políticos el derecho fundamental a una vivienda en la que poder vivir y asearse, y así salir a la calle a buscar un trabajo para poder iniciar su vida.
“La presencia y la higiene son fundamentales para encontrar un empleo, por ello pedimos una vivienda”, comentaba una persona del campamento.
Ahora, una semana después de las elecciones municipales, autonómicas y europeas, el asentamiento ha crecido y todavía no hay solución.
“Me temo que la acampada va para largo porque los tiempos políticos están empantanados con las elecciones, pero nosotros vamos a presionar todo lo posible”, señala Miguel.
Con los partidos políticos tejiendo todavía sus pactos y negociando, es difícil que las más de 100 personas que viven frente al Ministerio de Políticas Sociales dejen de hacerlo pronto: “Esto no se va a resolver en un mes ni quizá en dos”, apunta.
Aun así, no pierden la esperanza y son pacientes, ya que confían en que cuando las aguas se calmen, llegará una solución a su problema. Eso sí, no dejarán de luchar por ver su derecho a la vivienda cumplido.
“Vamos a ver cómo se van resolviendo los acuerdos y las negociaciones e intentaremos movernos todo lo posible para que no se deje de hablar de nosotros hasta que nos den una solución”, sentencia.