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Sergio Jiménez, en el solar del barrio de Campamento.
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Sergio Jiménez, en el solar del barrio de Campamento. (Foto: Rosa Lorenzo)

Skate entre escombros reconvertidos en el barrio Campamento

domingo 14 de octubre de 2018, 09:00h

Un solar abandonado y reconvertido en el barrio de Campamento -distrito Latina- se ha convertido, desde hace cuatro años, en el punto de encuentro de skaters procedentes de todo el territorio nacional. Hace unos meses, como consecuencia de las obras de ampliación desde la Avenida de los Poblados a la N-V, varios módulos, construidos por un grupo de aficionados a esta práctica deportiva, fueron derribados. Motivados con la idea de reconstruir los elementos que les permite realizar saltos y piruetas, han puesto en marcha una campaña de crowdfundig para recaudar dinero que será invertido en los materiales. La obra de mano correrá a cargo de los promotores de la iniciativa.

A los diez años, Sergio Jiménez descubrió su verdadera pasión: el skate. Desde entonces, ni un solo día ha salido de casa sin su tabla, su fiel compañera de saltos y piruetas en el aire. Desgastada por el paso del tiempo y por el uso diario, no es la única joya que convive con este madrileño. Confiesa que en su casa es sencillo perderse entre tablas, ruedas y herramientas. Porque su vida gira alrededor de este deporte que será Olímpico en Tokyo 2020. Un futuro no tan lejano que les situará en una situación más privilegiada y al menos provocará que la opinión pública les vea con otros ojos: "En ocasiones nos miran como si fuésemos vándalos o delincuentes".

Con la mirada puesta en esa fecha en la que el skate gozará de una visión más universal, el día a día de Sergio y otros muchos patinadores transita en un solar ubicado en Campamento. Hace cuatro años convirtieron este espacio en una superficie patinable, motivados por el cierre del skatepark del polideportivo de los Rosales en Móstoles y la escasez de recintos -cerrados o al aire libre- donde patinar tranquilos. Con la ilusión de convertirse en un punto de encuentro para los aficionados a esta práctica deportiva, comenzaron a vaciar de escombros y basura una parcela que encontraron abandonada y que denominaron 'Escombro Diy': "Quitamos basura, despojos, lo limpiamos y acondicionamos. Y poco a poco, comenzamos a construir los módulos con nuestras manos y la ayuda de amigos y donaciones recaudadas por las marcas". Así es como Sergio y un grupo de skaters modelaron el terreno creando las condiciones perfectas: "Es un espacio con un buen suelo liso y un cemento fuerte".

"Limpiamos el solar y construimos los módulos con nuestras manos"

Una dedicación que les llevó cuatro años conseguir el lavado de cara del solar. Y un esfuerzo que tuvo su recompensa convirtiéndose en referente en el mundo del skateboarding y que puso en alza un movimiento colectivo apasionado por patinar en la calle en espacios reconvertidos por ellos mismos. Lo que se conoce con el concepto DIY -hazlo tú mismo- tan de moda en los últimos años y que ha permitido poner en marcha proyectos e iniciativas que de otra manera, no hubiesen sido posibles.

"Empezamos con un bordillo, una especie de banco y luego con el módulo que tiene forma de pecho", recuerda Sergio. Y poco a poco construyeron el resto de elementos que les facilita sus piruetas y trucos en suelo y aire. Cuando parecía que la iniciativa se había afianzado, en el pasado mes de agosto, las obras de la incorporación desde la Avenida de los Poblados a la N-V se llevaron por delante parte del solar: "Nos ha quitado casi un tercio del espacio y han derribado tres módulos en los que desembolsamos mucho dinero". Dos de los spots más grandes, el quarter de dos alturas y elbnak con bordillo fueron las 'víctimas' del paso de las máquinas provocando la pérdida de más de 1.000 euros invertidos de su bolsillo.

El dinero les ayudará a comprar material para reconstruir los módulos

Sin avisarles, se encontraron con un esfuerzo roto y con la duda de si las obras, todavía sin finalizar, continuarán afectando a la parcela. "Hasta que no veamos como evoluciona, no reconstruiremos los elementos destrozados", explica. Con ese temor, hace unos meses se pusieron en contacto con la junta de distrito de Latina al mismo tiempo que iniciaban una campaña de crowdfunding para recaudar dinero que les ayude a la reconstrucción. Necesitan 3.000 euros para reparar los daños causados. Esa cuantía irá destinada integramente a la compra de material y los voluntarios serán la mano de obra: "Llevamos más de 1.200 euros recaudados, estamos muy contentos".

Una respuesta inmediata pero que continúa a la espera del dictamen municipal que les asegure que pueden continuar patinando en un solar que está "en tierra de nadie". Desde la junta del distrito explican a Madridiario que han mantenido contacto con las personas usuarias y con el área de Desarrollo Urbano Sostenible, "que es la que tiene la titularidad de la parcela". Además, detallan que se encuentran estudiando la posibilidad de tramitar una autorización de uso, una vez se hayan constituido en asociación: "Hay gran voluntad por llegar a una solución compatible con la intervención urbanística".

"Reutilizamos espacios abandonados para darles un nuevo uso"

A la espera de dicha solución, la campaña de crowfunding continúa recaudando fondos. Un skatepark que además contará con una zona de descanso con bancos y con espacio suficiente para dar rienda suelta a la faceta artística madrileña. Porque en este terreno, el arte callejero tiene cabida: "La idea es reutilizar espacios abandonados y darles un uso bueno para practicar este deporte y en el que la multiculturalidad tiene su hueco". Al menos conseguir, subraya Sergio, un lugar donde practicar el skate de una forma segura a pesar de los inconvenientes y obstáculos con los que suelen encontrarse.

"Patinar en Madrid es complicado porque todos los skateparks se construyen a las afueras de la ciudad. No existe ninguno tan céntrico como el de Campamento", asegura. Y lo peor no es la alejada distancia: "Se gastan mucho dinero en espacios que no sirven para nada y resultan un auténtico peligro. Si la gente supiese que sus hijos se lanzan por rampas de cemento como si fueran toboganes, no se les ocurriría llevarles". Una situación que pone de relieve la importancia de conseguir adecuar los espacios a las disciplinas deportivas: " El skate es skate, no es bici, ni scooter. Por eso hemos construido un lugar para usas nuestras tablas sin peligro".

De momento, en Escombro DIY se seguirá rodando pero a la espera de conseguir la formalidad administrativa que asegure la supervivencia de una tribu urbana y de un terreno que huele a derrapes y saltos en Campamento. Un arte y un deporte, más que una moda, que cuenta con cientos de seguidores que vienen pisando fuerte.

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