Alfredo Sanzol, galardonado recientemente con el premio Valle Inclán, estrena en teatro Pavón su última comedia: La Valentía. En esta ocasión bucea en los lugares de su infancia.
Las protagonistas son dos hermanas que han heredado la casa familiar en la que pasaron muchos veranos. Pero la finca hace tiempo que dejó de ser idílica. A tan solo cinco metros de ella construyeron una autopista y la casa se ha convertido en un infierno. Una de las hermanas quiere venderla y la otra conservarla. La partidaria de liquidar la herencia contrata a una empresa para que intente hacer ver que hay fantasmas y persuadir a la otra para abandonar el lugar. Para completar el enredo aparece una pareja que ha alquilado una habitación a través de una de las plataformas de internet.
La casa en el escenario es transparente, irreal. Las paredes dejan ver lo que ocurre tras ellas logrando casi, una apariencia de vodevil. Pero el autor-director quiere aprovechar sus recuerdos de las vacaciones veraniegas infantiles para reflexionar sobre las consecuencias, no siempre, benignas, del progreso. ¿Qué queda en la memoria de las fantasías, de los imaginarios mundos de los primeros años? Según el autor:
Pensamos que quizás podemos hacer espacio sacando recuerdos y trozos de dolor esparcidos, o fealdades atornilladas a la memoria, pero vemos que eso es imposible porque ya forman parte de nosotros. Entonces sólo nos queda transformarnos para crecer.
El reparto del montaje cuenta con Estefanía de los Santos, Inma Cuevas, Jesús Barranco, Francesco Carril, Natalia Huarte y Font García.
Próximamente se repondrá, del mismo autor, La ternura en el teatro de La Abadía.
La Valentía estará en el teatro Pavón-Kamikaze
hasta el 17 de junio.
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