Algunas jaulas te quitan la libertad, otras te dan la vida

Rescatar animales que han sido abandonados es, en muchas ocasiones, una operación laboriosa. La gran mayoría de ellos no han recibido más que desprecio y maltrato de manos de los humanos, y desconfían de cualquiera que se acerque a ellos a menos de veinte metros de distancia; por mucho que tus intenciones sean las de ayudarlo, su instinto de protección le obliga a huir. Para poder rescatar a un animal abandonado altamente desconfiado, lo primero que hay que hacer es un seguimiento durante varios días, para establecer el perímetro aproximado de la zona por la que se mueve el animal a lo largo del día, en busca de alimento o refugio para dormir. Una vez localizados dichos puntos, se procede a colocar comida en un lugar fijo durante varios días, para acostumbrar al animal a que acuda a dicho punto para alimentarse. Una vez comprobado que lo hace con asiduidad, nos ayudamos de una herramienta realmente eficaz: “la jaula trampa”. Normalmente las jaulas te quitan la libertad, sin embargo éstas te salvan la vida. Se coloca sabrosa comida en el interior de la jaula, manteniendo la puerta de acceso abierta. Al introducirse para comer, el animal pisa sobre una placa que activa el cierre de la jaula, evitando así que pueda huir. Una de estas jaulas colocada en Villarubia de los Ojos, Ciudad Real, y el eficaz trabajo que hicieron sus rescatadores (Magda, Julián, Gloria y Elizabeth), hicieron posible que hoy Pyly y Myly hayan salvado la vida y estén listas para adoptar.