La mentira, como concepto, puede resultar fascinante. Es asombroso comprobar cómo los niños pequeños, que apenas saben comunicarse, son capaces de mentir, siendo además esta capacidad interpretada por los psicólogos como un signo de inteligencia.
Hay muchos tipos de mentiras: desde las mentirijillas sin importancia, las mentiras piadosas o diplomáticas hasta las falacias, las injurias malintencionadas o los bulos, que se lanzan con la única intención de hacer daño cuando los argumentos reales resultan insuficientes para este propósito. Desde que la Comunidad de Madrid publicó en 2016 el borrador de su estrategia de residuos, el Gobierno autonómico y el Partido Popular de Pinto han incurrido en la mayoría de las categorías de mentira conocidas y podrían haber inventado alguna nueva.
Como por ejemplo, la que soltó el portavoz del PP en el pleno de Pinto: “Díganme dónde pone que en Pinto se va a hacer una incineradora”. Porque cuando los populares afirman que la Comunidad de Madrid no ha propuesto la construcción de una incineradora en nuestro entorno, están mintiendo claramente. Si bien es cierto que la Comunidad no menciona de forma explícita a Pinto, sí propone que se construya una incineradora lo más cerca posible del único vertedero de la Mancomunidad, que casualmente se encuentra en Pinto.
Una incineradora contra la que cerca de 3.000 vecinos se manifestaron el pasado mes de junio, en la que quizás haya sido la manifestación más multitudinaria de la historia de la localidad. Una incineradora cuya responsabilidad el PP intentó derivar a la Mancomunidad, afirmando que la decisión de instalarla le correspondía a ella, en una nota publicada en su blog al día siguiente de esta movilización. Una nota que, dado el nivel de sofisticación de sus embustes, yo me he permitido categorizar como “la mentira Matrioska”, una mentira que, como las muñecas rusas, va encerrada dentro de otra, que a su vez está dentro de otra mentira más.
Es decir, no solo es incierto que la Comunidad de Madrid no proponga la construcción de una incineradora, sino que al redactar el borrador, ya deja bien claro que hay una ley autonómica que respaldaría su decisión (segunda mentira). Además, el PP insinúa que el presidente y el vicepresidente de la Mancomunidad tienen capacidad de decidir qué estrategia adoptar, cuando la Mancomunidad no es un órgano presidencialista sino asambleario, en el que son los votos ponderados de los municipios que la componen los que finalmente deciden (tercera mentira dentro de la anterior). Por si esto no fuera suficiente, todavía nos queda una muñeca rusa más, porque se da la circunstancia de que la mayoría de los votos de la Mancomunidad del sur ¡corresponden a ayuntamientos gobernados por el Partido Popular!
Sinceramente, si la intención del Gobierno regional es rectificar y eliminar la opción de la incineración para la gestión de residuos, yo seré el primero en felicitarles y alegrarme de ello cuando lo vea escrito en el documento definitivo de la estrategia de Residuos de la Comunidad de Madrid 2017-2024. Mientras tanto, harían bien en solicitar a sus compañeros de partido que gobiernan en municipios de la Mancomunidad que no propongan la instalación de incineradoras en Pinto, tal y como ha hecho recientemente el concejal de Medio Ambiente de El Álamo.
Y si lo que querían era que la planta de Pinto cerrara, no deberían haber autorizado la expropiación de terrenos en Getafe para ampliar el vertedero en 2015, cuando la Mancomunidad del Sur estaba presidida por el PP y el vicepresidente tercero era Julio López Madera, entonces edil de Medio Ambiente de Pinto y hoy portavoz del Grupo Popular pinteño.
Por favor, no nos tomen más el pelo, que este asunto es muy serio.
Raúl Sánchez Arroyo es concejal de Ecología y Modelo de Ciudad de Pinto, vicepresidente tercero de la Mancomunidad de Municipios del Sur de Madrid y miembro de Ganemos Pinto y Equo
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