El gobierno del Ayuntamiento nos va a volver locos a los madrileños, con tanto ir, venir, frenazo y marcha atrás. Me refiero en este caso concreto al cierre de la Gran Vía. Un día sale el concejal José Manuel Calvo, y dice que se adelanta ese cierre a la circulación privada, que estaba previsto inicialmente para junio de 2018, porque no merece la pena reabrirla tras el paréntesis navideño. Al día siguiente, sólo al día siguiente, el mismo concejal, rectifica, y dice que se mantiene la fecha del mes de junio para la clausura definitiva de la Gran Vía al tráfico privado. ¿En qué quedamos? ¿Volverán a cambiar de idea? Con ellos nunca se sabe si lo que dicen va a misa, bueno precisamente a misa, no, o si seguirán mareándonos.
La Gran Vía fue la principal obra de apertura de Madrid hacia el futuro desarrollo urbano, siguiendo el Plan Castro de Ensanches, y ahora, un siglo después, nos hacen retroceder al pasado para dejar el casco de la ciudad capsulado, en un claro intento de cerrar todo el centro de Madrid al coche, que no sea de residentes o de transporte público.
Que no se olvide la reciente sentencia judicial que declaró ilegal el cierre de la Gran Vía a la circulación durante las pasadas Navidades, en lo que al servicio de reparto se refiere. ¿Han calculado la posibilidad, de que un nuevo recurso contra el cierre definitivo de ésta vía, fuera rectificado por un juez? Tampoco les importaría mucho, acostumbrados como están a dar marcha atrás y confundirnos a todos.
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