Pese al 'mobbing' que asegura estar sufriendo por parte de Enrique Ossorio, la popular Elena González-Muñox no dejará su acta de diputada regional. Así lo ha manifestado su letrado después de que la parlamentaria ratificara el pasado viernes la denuncia que presentó contra el portavoz. En los próximos días, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) deberá pronunciarse sobre si admite o no la denuncia y, en caso afirmativo, si llama a declarar a Ossorio en calidad de investigado.
"Solo faltaría eso -que dejara su acta- por el hecho de que le estén haciendo 'mobbing'", ha recalcado el abogado José María Garzón, que lleva la defensa de la diputada del PP. Además, ha manifestado que ese extremo supondría "una doble victimización" para su clienta.
La victimización secundaria se produce cuando de manera inicial se le han afectado unos derechos a una persona y como consecuencia de la experiencia derivada del delito inicial, vuelve a sufrir la afectación de sus derechos. En este caso sería que sufre presuntamente el trato humillante y, por ello, debe dejar su trabajo.
Comparada con Rita Barberá
El pasado viernes, Garzón comparó la situación que está viviendo su patrocinada con la que padeció la senadora y exalcaldesa de Valencia, Rita Barberá, cuando fue "apartada y excluida" por los suyos después de más de 40 años de militancia en el PP. "Aquello tuvo un impacto en su salud y en su estabilidad emocional, como se ha conocido recientemente. Lo mismo está ocurriendo ahora con Elena González-Moñux", explicó el abogado.
En el texto de la denuncia de la parlamentaria, se detallan situaciones como la sufrida durante el pleno del pasado mes de junio en la que Ossorio comenzó a proferirle expresiones como: "¡Es que no te sabes la ley, eres tonta, tonta!"; y "Ahora coges y te vas y te estudias la ley y las enmiendas ¡Venga, ve y te las estudias!".
Garzón Abogados ha solicitado al TSJM que se libre oficio a la Asamblea de Madrid para que se remita una copia de la grabación en vídeo del citado Pleno para someterlo al análisis de un perito conocedor de la lectura de los labios con el fin de verificar el acoso.
Según esta defensa, "las continuas agresiones verbales y humillaciones sufridas por la denunciante incluyeron exclusiones de las reuniones de trabajo mantenidas en el despacho de Ossorio".
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