Hace diez años nació en la Comunidad de Madrid un festival pensado para dar visibilidad a las nuevas propuestas en el terreno de la artes escénicas. Surge, el nombre de este festival, llega pues a la décima edición que se celebrará entre el 25 de septiembre y el 29 de octubre. Hoy se ha presentado la programación por el Consejero de Cultura, Mariano de Paco y los directores del festival, Natalia Ortega y Alberto Vidal.
En el primer mes del otoño llegarán más de cincuenta propuestas de pequeño y mediano formato que se presentarán en veinte espacios escénicos de la Capital, en el Centro del Títere de Alcorcón y en el teatro Tyl Tyl, de Navalcarnero. Cuarenta de los espectáculos serán estrenos absolutos del Festival. Hay catorce obras en la sección denominada Transversas, que se representarán en espacios no convencionales. Dos piezas firmadas por creadoras conforman la sección Conexión México, con la que Surge se abre a recibir corrientes escénicas de Hispanoamérica. La sección Emergentes presentará cinco obras de otras compañías o autores noveles.
Como ha señalado Mariano de Paco, "son iniciativas como estas en las que la calidad, el riesgo y la variedad se dan la mano, las que van a consolidar a Madrid como un referente europeo de las candilejas, pasando, si se me permite la comparación, a que el Off Madrid se ponga On, con la referencia que siempre nos pone el Off-Broadway neoyorquino".

Surge Muestra de la Creación Escénica acoge a muchas de las disciplinas artísticas, desde el teatro -la más convencional- a la danza, la música o la perfomance. Todos ellas abordan los temas sociales de máxima actualidad. Producciones de Cambaleo Teatro, El Curro DT, Azarte o Exlímite, alternarán con las propuestas personales de artistas como Julián Pacomio, Ana Belén Santiago, Jonathan Fernández, Teresa Garzón y Manuel De.
Con iniciativas como esta, la Comunidad de Madrid pretende apoyar a las salas, compañías y artistas que conforman y sustentan el entramado del llamado teatro alternativo. No olvidemos que en plena pandemia, fue la comunidad madrileña la primera en abrir las puertas de sus teatros diseñando un severo plan de protección sanitaria.
Desde que en 1971 abriera el Pequeño Teatro Magallanes, y después siguieran la Cadarso y el Gayo Vallecano, han aparecido y desaparecido más cincuenta espacios, solamente en la Capital. Sobreviven de las primeras etapas la Cuarta Pared, la Sala Mirador, la Triángulo (hoy teatro del Barrio) y la sala Pradillo. No hay ni una sola que en este medio siglo no haya corrido el peligro de desaparecer. Mientras que unas se cierran, otras nuevas aparecen en recintos nunca proyectados para acoger actividad teatral. Garajes, almacenes, antiguos comercios… se transforman en los escenarios que resultan más asequibles a todos aquellos que aspiran a la profesionalización teatral.