Ya sea para comprar un coche, reformar tu vivienda, planificar un buen viaje o para hacer frente a algún otro gasto, puedes recurrir a un crédito. Los requisitos que las compañías te van a pedir van a variar, aunque solo ligeramente, de una a otra. De hecho, hay varios puntos comunes a muchas de ellas que deberás cumplir.
Lo primero, siempre, es tener toda tu documentación en regla y por supuesto, ser mayor de edad. Además, la inmensa mayoría de empresas te pedirá residencia en España y has de saber que, para recibir el crédito, tendrás que abrirte una cuenta bancaria en la entidad que escojas para pedir ese préstamo personal.
Es, por otra parte, bastante evidente que, para que se te conceda, tendrás que acreditar ante cualquier entidad una capacidad suficiente de devolución del dinero, es decir, que tendrás que atestiguar que, mediante tu solvencia financiera, podrás cumplir con tus obligaciones llegando el caso y verificar tus opciones de endeudamiento. La forma de garantizar esto es disponer, por ejemplo, de rentas del alquiler o de algún tipo de pensión. La empresa, además, comprobará que tu nombre no aparece en los distintos listados de morosidad que hay (en España, algunas de las bases de datos de control de impagos más habituales son la de la Asociación Nacional de Establecimientos Financieros de Crédito y el del Registro de Aceptaciones Impagadas, conocidos por sus siglas ASNEF y RAI).
En este sentido, la entidad también solicita para aprobar una operación de este tipo la existencia de ingresos continuados, periódicos y previsibles. Normalmente, una nómina es la manera más rápida de justificar este requisito, independientemente de la relación contractual.
Sobre los intereses y plazos para el pago
En función de la cantidad que solicites y el tiempo que necesites para ir devolviéndola, las entidades te ofrecerán distintos tipos de interés, que darán lugar a cuotas más o menos elevadas. Igualmente, hay compañías que ofertan planes específicos de crédito ajustados al destino último de ese dinero, como financiar obras, la compra de vehículos, celebraciones, reunificar deudas u otro tipo de necesidades.
Comparar siempre es una buena manera de decidirse. Los simuladores que ofrecen las compañías en línea o a través de sus canales de atención personalizada te servirán para hacer el cálculo que mejor te convenga. Una vez tengas todo pensado, deberás reunir y presentar toda la documentación indicada y ponerla a disposición de la entidad, que la evaluará y te dará una respuesta.