
España repitió el guión del inicio para arrancar en el segundo episodio. Salió con un parcial de 7-1 (28-20), pero Lituania convirtió cuatro triples entre los minutos veintisiete y veintiocho. El propio Jasaitis subió la primera ventaja de los ex soviéticos al marcador (34-37) y, ahí, comenzó un rifirrafe sin tregua.
Sólida actuación de los madrileños
Los madrileños Jorge Garbajosa y Carlos Jiménez (con 8 y 11 puntos respectivamente y un considerable trabajo defensivo), demostraron que han vuelto tras un mal inicio de campeonato y que están listos para colgarse el metal dorado.
La línea interior báltica sufrió la primera baja por las faltas -Petravicuis- a los 32 minutos. Y España, con los riñones de Reyes y Carlos Jiménez colorados de tanto pelear -impresionantes ambos-, puso la directa hacia la final (64-66)
Reyes (71-71 m.33), Rudy Fernández en una tacada rebosante de oxígeno (73-71; 76-74 y 78-74) y, cómo no, Pau Gasol desde la línea de personal, así como Jiménez (81-74), doblegaron la resistencia lituana, tocada en la línea de flotación con la eliminación por faltas de Lavrinovic (m.34). España ya tiene la plata, iguala a la mítica selección de Los Angeles'84 y, por supuesto, sueña con el oro. Soñar es gratis.

También lucharán por la medalla otros dos jugadores nacidos en la Comunidad, Demetrio Lozano y Joseja Hombrados. La selección de balonmano no pudo imponerse a Islandia en las semifinales (36-30) y se enfrentará a la dura Croacia por la presea de bronce.
La "roja", que ya había dado síntomas de debilidad en el torneo, pagó hoy un inicio funesto de partido, un bloqueo mental y ofensivo en toda regla que le llevó a encajar un parcial de 0-5 en cuatro minutos de juego. Cada vez que los islandeses llegaban marcaban y Barrufet sólo paró un balón en los primeros diez minutos. Únicamente jugando en superioridad numérica, hasta tres veces, España consiguió recortar distancias (8-7, min. 13)
Islandia acribilló a contraataques a los españoles que, mientras tanto, fallaban goles claros, aunque el guardameta escandinavo Pall Gustavsson también puso de su parte. Sólo Juanín e Iker Romero acertaban en ataque, así que Islandia dio otro "tirón" camino del descanso (13-9, min. 23).
La sensación era que, a poco que mejorase, España acabaría llevándose el partido, pero es que los de Pastor no hallaban el camino. El partido adquirió un tono negruzco. Con 30-25 en el minuto 50 el partido estaba en una cuesta arriba evidente. España llegó a perder por siete goles y ya no hubo nada que hacer. Ni siquiera con David Barrufet inspirado se produjo un intento solvente de reacción, ni un amago. Nada. España se quedó a las puertas de la final. El bronce es ahora su techo.