Para la restauración en general, el turismo ha sido la tabla de salvación durante la época de la crisis. Un shock tan fuerte sobre nuestra economía que hizo que nuestro consumo interno y la renta de las familias se fuesen reduciendo durante todo este tiempo.
La restauración moderna dispone de varias categorías, como son restauración en cadena en calle y la restauración de concesiones, es decir, restauración en aeropuertos, estaciones de trenes y estaciones de autobuses. Entre todos, dan opciones de consumo al turista desde el momento de su llegada hasta su retorno a casa.
Ya durante su disfrute de los grandes entornos históricos de nuestra ciudad, tanto en el casco antiguo como la zona de los museos o el estadio del Real Madrid, Las Rozas Village, el monasterio de El Escorial o Alcalá de Henares, la restauración moderna brilla como una opción de consumo y encuentra su máximo potencial.
Un factor enriquecedor para el consumidor y los turistas ha sido la propia competencia generada por la crisis, que ha mejorado el trade off o lo que se llama calidad-precio, haciendo mucho más competitiva la oferta de dicha restauración.
En cuanto al consumo, las facturas de los turistas son mayores que las de los madrileños porque se encuentran de vacaciones, y esa relajación les lleva a nuevas experiencias, que encuentran en esta restauración una amalgama de conceptos y productos. De hecho, no hay un prototipo de turista a la hora de consumir. Una disminución en los clientes del Hotel Palace o del Ritz tiene una repercusión directa en los locales de las marcas más conocidas, que, además, ofrecen servicios wifi y otras ofertas complementarias, convirtiéndolas en polos de atracción donde disfrutar con sus amigos.
La fortaleza de este subsector radica en primer lugar en las diferentes marcas de restauración. Todas ellas han dado riqueza a los platos, generando multitud de productos y experiencias a los turistas, tanto nacionales como extranjeros. Así, la variedad formada por hamburgueserías, bares de tapas, cervecerías, heladerías, pizzerías, restaurantes mexicanos, vascos, argentinos, etcétera, enriquece la oferta de los locales de restauración.
Además, la seguridad de los procesos de estas marcas y la profesionalidad de sus trabajadores suponen otra fortaleza importante de cara a la experiencia gastronómica en Madrid y una mejora del destino turístico. La fuerte innovación desarrollada durante los últimos años ha supuesto nuevas oportunidades de consumo y nuevas marcas.
De cara al futuro, con una apuesta institucional por una oferta turística más amplia y la colaboración de todas las instituciones y provincias limítrofes, estamos seguros de que Madrid será un gran destino turístico.
Alberto de Unzurrunzaga
Presidente de la Asociación de Cadenas de Restauración Moderna (FEHRCAREM)