Luces de Navidad

Disfrutemos todos de las luces navideñas que tiene Madrid ya encendido y aparentemente feliz, vivamos esta quincena que tenemos por delante, ese maratón de las prisas, las cenas esperadas y las pesadas e interminables comidas navideñas de empresa… de los niños en nada ya en casa pidiendo y gritando sin cesar.

Esa quimera de la lotería de Navidad que pueda tocarnos, por qué no y, al fin por, una vez en la vida. Miremos las luces azules que adornan todo el paseo de la Castellana, que iluminan  nuestra ilusión de otro nuevo año para poder cambiar y dejar hábitos nefastos .

Hablar del estado de alarma nacional, de la militarización de los aeropuertos, de los consejos extraordinarios de ministros para no sabemos bien qué,  hoy ya es como absurdo porque todo está dicho, comentado y opinado; a pesar de no estar nada comprendido ni aceptado. Es una perla mas en el collar de la desesperación nacional en la que nos encontramos todos.

Mirando nuestras bonitas  luces navideñas  mientras aprovecho y critico duramente el recorte drástico del presupuesto este año para la  recogida de la hoja, que se amontona  e inunda aceras y calzadas con tan bucólica imagen en múltiples zonas madrileñas; que resultan tan incómodas como peligrosas para tacones y resbalones, que provocan caídas y sustos que se agravan en este tiempo de lluvia.

Pero, al menos, tenemos luces navideñas que iluminan la vida, animan el espíritu y nos recuerdan tiempos pasados, gustan a los pequeños y, de momento, nos dejan un respiro alegre en medio de esta amalgama de sinsabores, sinsentidos, ni lógicas, que ahora parecen menos,  mientras podamos mirar las luces navideñas de todo Madrid.