El 7 de agosto es su día grande, así que las vecinas y algún vecino ya están manos a la obra. Una vez que el calor da un poco de tregua cada tarde, salen a la calle y comienzan a colocar las guirnaldas, los mantones de manila y la pancarta de bienvenida a la verbena de San Cayetano. Este año, en la decoración habrá una sorpresa con motivo del trigésimo aniversario, explica una de las vecinas, Isabel, mientras sujeta los adornos en la mano.

La decoración es tan esmerada -han llegado a reproducir la Puerta de Alcalá en sus fachadas- que han ganado en varias ocasiones el premio que concede el Ayuntamiento a la calle mejor engalanada de Lavapiés. Por él, reciben una placa que cuelgan en las fachadas de los edificios y unos 500 euros, explican las mujeres. "Los últimos años nos han dado un cuadro digital. Lo ponemos junto al santo y en él se van viendo fotos de la verbena", comenta Isabel. También hay concursos de fachadas y balcones.
La figura de San Cayetano, propiedad de los vecinos, preside las fiestas de la calle. Junto a él, hay una recipiente para dejar la voluntad a cambio de un vaso de limonada las noches de verbena. Los ingredientes de esta bebida son vino tinto, gaseosa, refresco de limón, melocotón, naranja y limón rallado. También celebran una rifa, en la que se puede participar por 60 céntimos y en la que sortean una cesta.
Según comenta Isabel, este año además del día 7 de agosto, en el que Emi, una vecina del barrio, pone música a la velada, también habrá verbena jueves, viernes y domingo.