Según los últimos datos estadísticos de los que hay conocimiento,
España registró más de 305.000 delitos informáticos durante 2021, el máximo alcanzado en la serie del Sistema Estadístico de Criminalidad (SEC). La mayoría, estuvieron relacionados con
estafas de tipo económico, ya sea por el robo de datos de tarjetas de crédito y su posterior uso o por el acceso a nuestras finanzas.
Prevenir este tipo de delitos es una tarea en la que puede ayudar lo que cada usuario ponga de su mano. Además de instalar antivirus, verificar que lo que descargamos provenga de sitios seguros y evitar aquellos que sabemos potencialmente peligrosos, hay más alternativas sencillas. Una opción es tener instalada una red privada virtual (en inglés, 'virtual private network', o VPN, por sus siglas), capaz de tender conexiones cifradas entre ordenadores, tablets o móviles e internet, a diferencia de lo que ocurre con las redes de tipo público.
La técnica de los espías
Para empezar, una VPN altera la dirección original IP (el identificador asociado a cada conexión) y la oculta tras la del propio servidor, de tal modo que el dispositivo aparece conectado desde una diferente región del planeta, dificultando el trabajo a los delincuentes. Es lo mismo que si, al enviar una carta, pusiéramos otro nombre y otra dirección en el remite.
Pero no solo eso. Las VPN ocultan también el contenido a través de túneles y fórmulas cifradas compartidas que transforman los paquetes de datos que intercambian nuestros dispositivos con internet mientras navegamos con el objetivo de hacer su contenido ilegible, opaco.
Por seguir con los ejemplos, podríamos pensar en aquellos sistemas de alfabetos secretos que empleaban los espías durante la Segunda Guerra Mundial para informar a los servicios de inteligencia de las potencias para las que trabajaban, de tal modo que, si se interceptaban las comunicaciones que mantenían, los enemigos se veían incapaces de descodificarlas.

Instalar un VPN
¿Cómo se instalan? Existen distintos proveedores de redes VPN que ofrecen distintos algoritmos, protocolos, están más o menos extendidos por todo el mundo, tienen servicios más o menos potentes y ofrecen mayores o menores compatibilidades. En este sentido, conviene prestar atención a esas especificaciones antes de descargar una red u otra, además de consultar la política de privacidad de que dispongan -es más que recomendable que tenga una para evitar usos espurios-.
Tras elegir la red óptima para nuestras necesidades, procederemos a descargarla y a configurarla. Solo así, podremos comenzar a navegar disfrutando de las ventajas que este tipo de servicios ofrece a los usuarios. Aunque se puede usar en cualquier momento, lo recomendable es hacerlo cuando se necesite un nivel extra de seguridad, como cuando necesitemos acceder a la red a través de redes WIFI en lugares públicos o redes desconocidas. Una vez usada, podremos desconectarnos de la VPN y volver a ella cuando lo necesitemos.