De entre los arrestados, 23 elaboraban las tarjetas bancarias con datos obtenidos mediante carding. En la Comunidad de Madrid clonaban las tarjetas y posteriormente las utilizaban ilícitamente en establecimientos comerciales -de toda España- que permitían su uso a cambio de una comisión de hasta el 20% del importe cargado. El resto de los detenidos son, precisamente, los responsables de los comercios cómplices de sus actividades delictivas, situados en Madrid capital (19), Valencia (3), Albacete (2), Barcelona, León, Sevilla.
El fraude consumado por la organización a través del uso de los TPV o datáfonos de estos comercios conniventes es de más de un millón de euros, para lo que habrían utilizado unas 800 tarjetas pertenecientes a una gran diversidad de entidades bancarias situadas en el extranjero.
Los líderes del grupo, encargados de obtener los datos de las tarjetas y de conseguir negocios que colaborasen con ellos a la hora de su utilización fraudulenta, eran principalmente ciudadanos de nacionalidad nigeriana, aunque había también españoles entre otras nacionalidades. Contactaban directamente con los proveedores de las numeraciones, procedentes de entidades bancarias de EEUU y China en su mayor parte.
Los falsificadores, por su parte, volcaban esta información en las bandas magnéticas de las tarjetas. Contaban para ello con cuatro laboratorios de falsificación de tarjetas y uno de documentos, todos en la Comunidad de Madrid. Han sido desmantelados y en su interior se han intervenido lectores/grabadores, ordenadores, impresoras, soportes en blanco, y gran cantidad de material para llevar a cabo las imitaciones. Uno de los arrestados disponía incluso de un “equipo portátil” que le permitía falsificar “in situ” las tarjetas con las que abonaba las estancias en los hoteles donde pernoctaba.
Una vez clonadas las tarjetas, se entregaban a los "pasadores", cuyo cometido era hacer uso de las tarjetas en comercios o cajeros automáticos, y a los "receptadores", que daban salida en el mercado ilícito de los productos adquiridos con las tarjetas. La organización había creado incluso una agencia de viajes virtual donde adquirían, a través de Internet y por encargo, billetes de avión, tren, o estancias en hoteles.
Contaban, además, con hasta 13 inmuebles en la Comunidad de Madrid, cuatro en la capital y el resto en las localidades madrileñas de Parla, Fuenlabrada, Torrejón de Ardoz (3), Móstoles (3) y Azuqueca de Henares, en donde la Policía intervino 12.770 euros en efectivo, 80 teléfonos, 32 tarjetas SIM, documentos falsos y objetos adquiridos de forma fraudulenta.