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PLAZA DE ESPAÑA

Monumento a Cervantes en Plaza de España.
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Monumento a Cervantes en Plaza de España. (Foto: Kike Rincón)

Ni reformas, ni vueltas: Patrimonio protege el monumento a Cervantes de la Plaza de España

Por Javier López Macías
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jlopezmadridiarioes/6/6/18
lunes 19 de noviembre de 2018, 07:45h
La Comunidad de Madrid oficializará este martes la declaración del monumento dedicado a Cervantes de Plaza de España como Bien de Interés Patrimonial (BIP), una figura legal que protege a la escultura de cualquier modificación, como la que preveía la primera reforma del espacio donde comienza la Gran Vía.

El monumento dedicado a Cervantes situado en la Plaza de España se quedará tal y como está. En un primer momento, el Ayuntamiento de Madrid aprobó girarlo 180 grados y, ante ese escenario, la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte decidió incoar el expediente para declararlo Bien de Interés Patrimonial (BIP), un trámite que llega a su fin este martes: según ha podido saber Madridiario, el Consejo de Gobierno dará luz verde a esta categorización.

Y es que, pese a que la Administración dirigida por Manuela Carmena renunció finalmente a tocar el monumento en la reforma de la plaza, la Comunidad ha querido asegurarse así de que cualquier modificación del conjunto deba ser aprobada en primera instancia por la Consejería que lidera Jaime de los Santos.

Asimismo, la figura del BIP también contempla la prohibición de separar los monumentos si la incoación se lleva a cabo sobre un conjunto, como es el caso. En este sentido, la Dirección General de Patrimonio no deja cabos sueltos y se asegura de protegerlo todo: desde Cervantes hasta el gran monolito de 34 metros de altura, pasando por Don Quijote y Sancho Panza.

Esta batalla por preservar el monumento tiene una gran protagonista: la Asociación Madrid Ciudadanía y Patrimonio, que, desde el momento en el que conocieron las intenciones del Ayuntamiento, pidió la protección total por parte del Ejecutivo de Ángel Garrido.

“Es un conjunto arquitectónico y escultórico de gran categoría histórico-artística, que goza de un estima del público autóctono y foráneo, lo que lo ha convertido en uno de los más fotografiados de la capital”, explica Alberto Tellería, uno de sus miembros, en un informe de 75 páginas en el que MCyP argumenta los motivos para no tocar el monumento, salvo una excepción: sí revertirían la unión del grupo escultórico de Don Quijote y Sancho Panza al pilono central.

En este sentido, el informe se encuadra en una ofensiva que lanzaron nada más conocerse el proyecto de la reforma todavía no comenzada, pues el comentado giro “contravenía la disposición que le otorgaron sus autores”. Según explicaron entonces, la mirada hacia el horizonte hacía que Don Quijote y Sancho se dirigieran a la “extensa llanura manchega”.

Mujeres sujetando el globo terráqueo en el monumento a Cervantes. (Fuente: Kike Rincón)

Una plaza llena de BIC

El nombramiento del monumento como Bien de Interés Patrimonial encumbra una plaza que ya de por sí tiene tres Bienes de Interés Cultural (BIC). El primer edificio incoado en 1977 fue el de la Real Compañía Asturiana de Minas, que cuenta con más de 3.800 metros cuadrados de estilo Alfonsino.

Veinte años más tarde, se proclamó como tal la Casa Gallardo, obra clave de la última etapa del modernismo madrileño y que fue un trabajo del arquitecto Federico Arias Rey. Por su parte, en 1995, fue nombrada BIC la iglesia parroquial de Santa Teresa y San José, de la que se valoró su fachada de inspiración medieval.

Piedra y bronce para celebrar el 300 aniversario de Cervantes

La historia del monumento a Cervantes comenzó antes, incluso, que la de la Plaza de España. El primer concurso para homenajear al escritor 300 años después de su muerte se llevó a cabo en 1905 y se tomó como referencia diez años más tarde para la escultura, que se ubicó en el lugar donde termina la Gran Vía. Así, entre 109 artistas participantes, se impuso como ganadora la idea del arquitecto Rafael Martínez Zapatero y del escultor Lorenzo Coullaut Valera, que sería modificada en varios puntos por Pedro Muguruza en la década de los 20, cuando comenzó a construirse.

Tras pequeños contratiempos, el monumento logró inaugurarse en 1929 para hacerlo coincidir con grandes exposiciones previstas en Barcelona y Sevilla. Eso sí, hubo ciertos paréntesis que provocaron que no estuviese acabado en su totalidad hasta 1960, cuando se reparó la fuente y se reunió el conjunto al completo: a los pies de Cervantes se instalaron Don Quijote y Sancho, en bronce, y Dulcinea y Aldonza, en piedra; en los costados, escenas de sus obras Rinconete y Cortadillo y La Gitanilla; en la cara posterior, la fuente Castalia con figuras de alegóricas del valor Militar, el Misticismo o la Literatura; por último, el monumento lo remata un monolito de 34 metros con un globo terráqueo sostenido por figuras femeninas, que representan a los cinco continentes leyendo la obra cervantina.

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