De toda la vida, los jóvenes han intentado encontrar modelos a seguir a los que admirar y a los que tener como ejemplo. Idolatrar a un cantante, a un político o a cualquier otra persona con una profesión pública ha estado siempre a la orden del día. En aquel entonces, ello significaba venerar a alguien puramente por sus habilidades fuera de lo común, por el gran esfuerzo que habían hecho hasta conseguir el éxito y por seguir siendo humildes pese a su fama.
En la actualidad, eso ha cambiado, sobre todo en el caso de los deportistas. El futbolista Cristiano Ronaldo, el jugador de fútbol americano Rob Gronkowski o el luchador Connor McGregor ya no se preocupan en ser un buen modelo a seguir, sino que su única preocupación es ser famoso. A continuación, explicamos varias formas que usan los atletas de hoy en día para ganar popularidad y que han transformado para siempre el concepto de deportista de élite.
Ser muy activo en las redes sociales
La primera norma del manual del buen deportista es abrirse una cuenta en todas las redes sociales que se te puedan ocurrir. Facebook, Twitter, Snapchat e Instagram son las más indispensables, sobre todo esta última. La plataforma de fotografías te permitirá tener a todos tus seguidores al corriente sobre las actividades que realizas fuera del campo: desde los duros entrenamientos en el gimnasio a la deliciosa cena que disfrutaste anoche, pasando por supuesto por los inolvidables atardeceres desde tu yate privado cuando llega el verano.
Tener una actividad regular en sus perfiles sociales le ha permitido a muchos deportistas alcanzar un altísimo nivel de fama. La vida de lujo que comparten públicamente con sus seguidores mediante las redes hace que estos quieran ser todavía más como ellos, porque asocian el éxito personal con esas ostentaciones. Al mismo tiempo, las instantáneas de los mismos deportistas comportándose como cualquier otro ciudadano los humanizan y los acercan a su público.
Ofrecer entrevistas y hacer cameos en películas
Se ha convertido en algo muy habitual que futbolistas, tenistas o pilotos de Fórmula 1 concedan entrevistas fuera de los medios de comunicación especializados. Ya no extraña presenciar apariciones de deportistas en programas de televisión, en los que no solo repasan su trayectoria profesional o la estrategia que siguieron en la última competición, sino que incluso no se cortan a la hora de ofrecer detalles de su vida personal. Su presencia en la prensa rosa va también en aumento.
Pero la cosa no queda aquí. Los cameos cinematográficos de Mike Tyson en Resacón en Las Vegas o de Tom Brady en Ted 2 nos sirven para explicar un nuevo fenómeno entre las estrellas del deporte. Son cada vez más los deportistas que acceden a participar en el rodaje de una película a cambio de una cuantiosa suma de dinero. Qué duda cabe que su presencia en el filme es una buena estrategia de marketing para captar espectadores que, sin ese cameo, no lo hubieran visto.

Confesar el interés por los juegos de apuestas
Ser aficionado a los juegos de apuestas era, hasta hace poco, un tabú entre los deportistas profesionales. No estaba bien visto invertir parte del sueldo en un entretenimiento así y al mismo tiempo vestir, por ejemplo, con la camiseta del Fútbol Club Barcelona. Eso ha cambiado, en parte, gracias al defensa catalán Gerard Piqué, un confeso aficionado al póquer que ha normalizado la presencia de futbolistas como él en los casinos de todo el mundo.
Otro profesional del deporte que disfruta del mencionado juego de naipes es Rafa Nadal, que hace tiempo se convirtió en uno de sus embajadores en España. Comparte afición con su compatriota Fernando Alonso o la jugadora de hockey sobre hierba Fatima Moreira de Melo, que ha representado a los Países Bajos en varios eventos de póquer en línea. El futbolista brasileño Ronaldo es otro astro del deporte, ahora retirado, habitual en este tipo de torneos.
Participar en campañas publicitarias
Seguro que en alguna ocasión has visto un cartel publicitario con la cara de Lionel Messi o Cristiano Ronaldo, dos grandes figuras del balompié internacional que generan gran parte de sus ganancias gracias a los contratos multimillonarios que han firmado con marcas de renombre como Adidas o Nike. Se trata de una práctica cada vez más popular entre los deportistas, que aprovechan su fama para ganarse un dinero extra fuera de las canchas de juego.
Pero no necesariamente se les asocia a firmas que venden productos de deporte. El tenista Roger Federer ha protagonizado anuncios del banco Credit Suisse o de la marca de relojería Rolex. Su compañero de profesión Rafael Nadal ha seguido sus pasos y también es imagen de un banco, en este caso del BBVA, y de la compañía de seguros Mapfre. Según un informe que publicó el London School of Marketing, los deportistas que hacen más dinero con la publicidad son los de la NBA.
¿Cómo serán los iconos del futuro?
Ese cambio en los rasgos particulares de los iconos admirados en la actualidad nos obliga irremediablemente a reflexionar si realmente se tratan de unos buenos modelos a seguir. Poner la fama y el dinero por delante de valores como la disciplina y el trabajo en equipo evocan irremediablemente a una sociedad más preocupada por aparentar que por superarse a sí misma. ¿Cambiará eso en el futuro? Solo el tiempo dirá qué tipo de atleta seguirá siendo idolatrado.