Desde que Tirso de Molina llevara al teatro el mito del seductor Don Juan en ‘El burlador de Sevilla’ -primer tercio del siglo XVII- este personaje y sus peripecias no ha dejado de aparecer en la escena. Han sido muchos los autores, hasta llegar a nuestros días, que lo han tenido como protagonista de sus obras, bien remedando la historia original, parodiándola o utilizando algunos de sus personajes.
Poco después que Tirso, en 1665, el francés Moliere estrenó su ‘Don Juan’, que sigue siendo una pieza de repertorio en el teatro europeo. Y otro autor, hoy olvidado, Antonio de Zamora, que vivió a caballo entre los siglos XVII y XVIII, también estrenó con gran éxito ‘No hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague y convidado de piedra’. Estuvo en repertorio hasta que en 1844 José Zorrilla estrenó su ‘Don Juan Tenorio’ que desbancó a todos los demás. Solo en el teatro Español de la plaza de Santa Ana se ha representado al menos en noventa montajes.
Don Juan fascinó posteriormente a ensayistas y dramaturgos. Repasamos algunas de las obras inspiradas en él, solamente en España.
Pablo Parellada (que firmaba como Melitón González) estrenó en 1906 ‘Tenorio modernista’. Don Juan y Don Luis Mejía son dos jóvenes mundanos que cuentan sus andanzas con un lenguaje que imita al de los poetas modernistas.
Jacinto Grau, un autor que se exilió en Argentina y que está absolutamente olvidado hoy, escribió dos comedias con este protagonista. En ‘Don Juan de Carrillana’ (1913) presentaba a un supuesto seductor provinciano, incapaz de conquistar a la mujer que realmente ama, quien se burla de su pretendiente. ‘El burlador que no se burla’ (1927) comienza con un prólogo en el que se asiste al nacimiento del mito y después, en cinco cuadros, vemos al don Juan seduciendo a algunas mujeres. En el cuarto cuadro muere el protagonista y en el final varias de sus amantes reafirman ante el espectador que estuvieron realmente enamoradas de él.
Los hermanos Álvarez Quintero tampoco se resistieron al personaje, estrenando en 1918 ‘Don Juan, buena persona’. Es un retrato amable del seductor que solo conquista cuando las ‘víctimas’ se muestran propicias.
‘Don Juan de España’ es un drama estrenado por Gregorio Martínez Sierra en 1921 en el que recorre las escenas tradicionales, pero dándoles una perspectiva más idílica y centrándose en el amor.
Valle Inclán se burló a su manera del conquistador llamando Juanito Ventolera al protagonista de ‘Las galas del difunto’ (1926). La tumba que profana es la del padre de su amante para quedarse con sus pertenencias.
Antonio y Manuel Machado se valieron del mito para, en 1927, estrenar su drama ‘Don Juan de Mañara’, escrito en verso. En la obra el don Juan es asesinado por una de sus amantes para evitar que se vaya con otras mujeres.
En 1929 Federico Oliver escribió ‘Han matado a Don Juan’, una de las farsas sobre el mito. Aunque en ese drama no se mata al seductor, sino que, en el transcurso de una representación del Tenorio, el actor protagonista es asesinado antes del quinto acto.
Enrique Paso y Silva Aramburu estrenaron en 1931 la farsa en tres actos ‘Don Juan José Tenorio’. En ella se asiste al reparto de la herencia del Tenorio en la finca de un sobrino, llamado Juan José y también mujeriego. Aparecen sus amadas, algunas cargadas de hijos, y todas reclaman su parte.
Jacinto Benavente, ya en su última etapa, escribió ‘Ha llegado Don Juan’ (1952), una comedia que plantea la llegada del Tenorio a un pequeño pueblo, trastocando todas sus costumbres.
El personaje y su historia fueron cayendo en desuso a medida que el siglo XX terminaba. Aun así, un escritor como Vicente Molina Foix estrenó en 1992 su propia versión: ‘Don Juan último’. Bob Wilson dirigió este texto en el que el autor introdujo un personaje nunca contemplado: la madre de don Juan.
En 1998 Sebastián Ruiz trajo a la entonces conocida Muestra de Teatro de las Autonomías, su obra ‘Don Juan y su criado’.
Ya en el siglo XXI fue Albert Boadella el que estrenó ‘Ensayando Don Juan’ (2014) con Arturo Fernández como protagonista.
Don Luis Mejía, el antagonista del Tenorio, apenas ha suscitado el interés de los dramaturgos. Eduardo Marquina y Hernández Catalá estrenaron en 1925, el en teatro Español, un drama de capa y espada titulado ‘Don Luis Mejía’, en el que este personaje se presenta en París y Sevilla totalmente enamorado y respetuoso con su amada.
Doña Inés apenas aparece como auténtica protagonista de alguna obra. Javier de Burgos estrenó en 1884 un ‘fin de fiesta’ titulado ‘El novio de doña Inés’, apareciendo en escena la novicia, doña Brígida, don Gonzalo y una disparatada criada que habla con acento asturiano.
En 1890 Felipe Pérez estrenó en el Lara ‘¡Doña Inés del alma mía!’ un juguete cómico en el que don Juan y doña Inés reaparecen paseando por el Madrid de final del siglo XIX.
Los mundos de la música y de la danza tampoco han permanecido ajenos. Desde el ‘Don Giovanni’ de Mozart, con libreto inspirado en ‘No hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague’, hasta el año pasado con el ‘Don Juan’ musical, han sido varios los espectáculos estrenados. Miguel Narros hizo una versión muy peculiar con la bailaora Manuela Vargas como protagonista. El Ballet Nacional de España estrenó en 1989 una nueva producción titulada ‘Don Juan’, inspirada en Zorrilla, con música de José Nieto y coreografía de José Antonio.
Por cierto que el Tenorio, lleva años sin aparecer por Todos los Santos en los teatros de la Capital. Llega puntual, eso sí, a la ciudad de Alcalá de Henares.