Centenares de partidarios del expresidente brasileño Jair Bolsonaro, equipados con los colores amarillo y verde de la bandera carioca, han ocupado de manera violenta las sedes del poder en el país sudamericano: el Congreso, el Supremo Tribunal Federal y el Palacio del Planalto, sede del Gobierno.
A imagen y semejanza de la invasión del Capitolio estadounidense por parte de forofos de Donald Trump, los bolsonaristas pretenden así desestabilizar al gobierno de Lula da Silva, quien asumió el poder el pasado 1 de enero.
De acuerdo con diversos medios, los extremistas atacaron algunos de los vehículos policiales que protegen el Congreso. Asimismo, destruyeron parte del mobiliario próximo y, armados con palos y otros instrumentos similares, forcejearon con los agentes hasta lograr la ocupación.
El Ministerio Público Federal brasileño ha anunciado ya la apertura de una investigación penal por los "actos violentos" en las manifestaciones. Asimismo, se ha anunciado la intervención federal de Brasilia con el fin de "garantizar la seguridad pública".
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