De producirse un milagro en el convento de las
Trinitarias de Madrid no será el hallazgo de los restos de Cervantes. Lo
milagroso sería tener un amplio horario de visitas al hermoso templo para que
pudiéramos conocerlo todos los madrileños y turistas. Las Trinitarias
(monasterio de San Ildefonso y San Juan de la Mata) tienen puertas y muros casi
infranqueables. Como las Mercedarias de Alarcón, Las Góngoras o el Real
Monasterio de Santa Isabel en Atocha. Estos cenobios forman parte del
patrimonio artístico de la Capital pero, al ser propiedad de órdenes de
clausura, su acceso es muy limitado. No podemos apreciar su arquitectura ni
admirar los tesoros que encierran. Ahora mismo, en la Real Academia de Bellas
Artes, está abierta la exposición 'El triunfo de la imagen' formada por piezas
del patrimonio religioso que han sido restauradas. Pero el 12 de abril los
objetos volverán a sus encierros.
Las Trinitarias, donde se buscan afanosamente los huesos
de Cervantes (¿para qué?), tiene una bellísima iglesia barroca. Lo sé porque he
visto fotografías. No he entrado nunca. El templo abre media hora antes de los
servicios religiosos: de lunes a viernes a las nueve y media de la mañana, los sábados a las siete y media de la tarde
y los domingos a las diez y a las doce de la mañana. Obviamente, durante las
ceremonias el visitante no debe moverse por la iglesia.
Este conjunto de la calle Lope de Vega está en el corazón
de un barrio (el de las letras) con enorme potencial turístico y cultural.
Epicentro de la vida literaria y teatral del Siglo de Oro, tiene varios puntos
sobre los que podría armarse una atractiva ruta: las Trinitarias, la casa de
Lope de Vega, la iglesia de San Sebastián, la Sociedad Cervantina y el teatro
Español. Ya sé que hay un entusiasta grupo de actores y estudiosos que
escenifican en estas calles situaciones del Siglo de Oro. Pero echo en falta mayor
promoción y el diseño de un circuito que podría empezar
en la Sociedad Cervantina-imprenta de Juan Cuesta y terminar visitando el
teatro. ¿Organizará Pérez de la Fuente visitas guiadas al antiguo corral del
Príncipe?
La Comunidad de Madrid ha otorgado la calificación de
Bien de Interés Cultural (BIC) a varios de estos conventos. Bienes de los que apenas
podemos disfrutar los ciudadanos. Las Mercedarias de Alarcón, por ejemplo,
abren un par de horas a la semana y para hacer turismo debemos tragarnos un
extenso panegírico sobre la Beata María Ana de Jesús.
No es la primera vez que reclamo 'quid pro quo' con la
iglesia: si sus instituciones gozan de algún privilegio, exención,
bonificación, subvención... debe exigírseles a cambio que sus tesoros sean
accesibles a los ciudadanos. Respetando sus normas internas y reglamentos, pero
abriendo sus puertas coordinadamente y cotidianamente para que se incorporen al
catálogo de atractivos de Madrid. Si, libremente, mantienen la cerrazón, que se
les apliquen las leyes y ordenanzas que rigen para todos.
Madridiario está firmemente comprometido con la promoción
turística madrileña. Todos estamos interesados en potenciar este sector, cada
vez con más peso en nuestra economía. Por eso me parece oportuno reclamar que
se pongan en valor todos y cada uno de los elementos que pueden sumarse a la
oferta turística. No sé, a estas alturas, cómo ha quedado la organización del
sector en la Comunidad. Creo que en manos de un consorcio participado
mayoritariamente por empresarios. Está muy bien velar por los intereses de
sectores como restauración, hostelería o comercio. Pero el turismo de arte y
cultura aporta mucho dinero a ellos. Por tanto creo que también debe trabajar
este consorcio en la puesta en valor de hasta la última piedra de nuestras
calles.
Por cierto: ya se debería estar diseñando un ambicioso
programa destinado al turismo nacional e internacional con el cuatricentenario
de la Plaza Mayor como gancho principal. Nos cogerá el toro, llegará la fecha y
haremos unas celebraciones para los de casa. La Plaza Mayor es la dinastía
Austria, es el Siglo de Oro, es la Inquisición, las corridas de toros... Nueva
York, Londres o Berlín harían de una efeméride así un acontecimiento
internacional. ¡A ver si no se nos escapa esta vez!