martes 02 de octubre de 2012, 00:00h
No es agradable ver una ciudad en pie de guerra con una constante riada de gente organizando protestas. No entremos a valorar si algunas manifestaciones de conjunto, responden o no a la justicia social del momento, pero si me gustaría apuntar que hay ciertos grupos de gente concretos que impulsan estos movimientos, que deberían tener en su pensamiento algo de responsabilidad civil, y si no lo tienen, empezar a imponérselo legalmente.
No me parece de justicia social, por no llamarlo abuso y desigualdad, que se responsabilice al conductor de un vehículo de los destrozos que su coche pueda causar en cualquier punto urbano público, y que los destrozos que ocasionan las revueltas, los montones de basuras que dejan a su paso con los costes de las limpiezas posteriores, deban salir del arca tan maltrecha de los impuestos madrileños.
Los madrileños estamos empezando a estar hartos de que nuestra ciudad sea tomada al asalto y sin permisos cuando unos pocos quieran, ya que nos cuesta mucho dinero en pérdidas de tiempo y atascos, además de la desidia de tener en cuenta cada día donde estará el lío. En lo que va de año hemos sufrido 2.732 protestas con una media de 10 diarias. Y esto no es algo baladí ya que "Una manifestación de 6.000 personas, según estimaciones de la Delegación de Gobierno, perjudica solo en lo que se refiere a la EMT a 89.000 viajeros". Calculen lo que nos están haciendo.
Los ciudadanos de esta ciudad merecen respeto, los que tienen casas en las zonas de conflicto merecen respeto, los hoteles merecen un respeto, los locales comerciales de Sol, Neptuno, Cibeles, Gran Vía, Alcalá etc. y en definitiva, la sociedad civil, merece consideración y respeto, el mismo, al menos, que los que lo imponen a base de desorden público.
Los ciudadanos tienen derecho a manifestarse, de acuerdo; pero ¿dónde se pone el límite entre los derechos de unos y el mismo derecho de los otros?. ¿O es que ya nos hemos acostumbrado a que, si no delinques como uno más, no tienes los mismos derechos que los que sí lo hacen?.
Que la policía cargue, es muy feo, lamentable; pero dudo que la propia policía este encantada por ello, básicamente porque sus recortes han sido igual que los del resto de los españoles. Y por su condición de casi mileuristas la mayoría, no creo que les guste exponerse a que les zurren. Pero si la policía no carga contra la transgresión pública, yo empezaría a preocuparme mucho más. No me gustaría vivir en un sitio donde impunemente pueda romperse mobiliario urbano, subir a coches o balcones ajenos, tirar desperdicios en suelo público, o romper papeleras, bancos o escaparates, sin que nadie con autoridad lo pare.
El orden es la diferencia entre un pueblo civilizado y el caos. No se puede proclamar ser demócrata y saltarse a la torera todo lo que nos sean solo nuestros intereses o derechos, obviando a los demás. La educación en civismo debería estar integrada en nuestro ADN a pesar de los tiempos que vivamos. Todo esto sin olvidar que esta crisis brutal la vivimos todos, no es patrimonio de solo unos pocos.