Estamos de estreno

Estamos de estreno. Estos días hay mucho alrededor que huele a nuevo, como el aroma de aquel clásico estuche de cremallera, lleno de lapiceros impecables y afilados, regalo de unos lejanos reyes magos.  

Están de estreno en el ayuntamiento de Madrid, que se renueva a lo grande, y por vez primera en nuestra historia gata, el alcalde es ahora alcaldesa. Y damos nuestra bienvenida de tal honor a doña Ana Botella, que aunque hubiera deseado ella, imaginamos, el hecho de haberlo ganado en urnas, encabezando su formación; nuestro deseo es que no olvide nunca ,que la vela que va delante, es la que mas ilumina.  Que ser político al frente de un ayuntamiento tan importante como el de Madrid es una oportunidad única de servicio público, por encima de todo lo demás, ya que ese gran honor le da la ocasión de hacer justicia ciudadana, de buscar el bien o la mejoría de una gran mayoría. Esto son cuestiones que parecen obvias, pero que los políticos parecen olvidar rápidamente y muchos incluso la semana de jurar sus cargos.

La flamante nueva alcaldesa de Madrid ha sido recibida con los brazos abiertos de quienes la conocen; aunque por el camino se han perdido valores de gran peso, como lo era Manuel Cobo, para Gallardón, el hoy ministro de Justicia. Nadie ha explicado si esta pérdida ha sido porque ella no quería contar con su experiencia, o ha sido el hoy ya exvicealcalde, quien no ha querido cubrir con su experiencia el tiempo de rodaje de la nueva titular del palacio de Cibeles.  Lo cierto es que eternizarse en un alto cargo merma la frescura, la buena voluntad  y la alternancia en la democracia, incluso la municipal.

Esperemos que una mujer que, teniendo en su propia casa tan cercana la experiencia de gobernar, sirva para que mi querido Madrid crezca, ya no en obras, ni en proyectos mastodónticos, sino en sentido común, en puestos de trabajo y en oportunidades para todos los que tenemos la suerte de ser o vivir en esta gran ciudad, que hoy aún, huele a novedad y estreno.

Feliz 2012 para todos y en especial, para quienes creen que con ahínco y fortaleza de carácter, cualquier tiempo es mejorable.