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Sombras en el pasaje de Bonaparte

Sombras en el pasaje de Bonaparte

Por Enrique Villalba
viernes 07 de octubre de 2011, 00:00h
El Ayuntamiento de Madrid ha abierto, con motivo de la Semana de la Arquitectura, el pabellón y túnel de Bonaparte, junto a Madrid Río. Aparte del pabellón que ha construido, el túnel no ha concluido sus obras ni tiene iluminación.
Oscuro y a medias. Esta es la imagen que muestra el túnel de Bonaparte que se exhibe en la Semana de la Arquitectura y que Madridiario pudo comprobar 'in situ'.

Túnel de José BonaparteEl Ayuntamiento de Madrid dedicó 4,75 millones de euros del Fondo Estatal para el Empleo y la Sostenibilidad Local a la conexión ciclista y peatonal del Jardín Histórico del Campo del Moro con los bienes culturales del entorno del Puente del Rey. Entre las acciones a realizar, se proyectó la recuperación del túnel de José Bonaparte. Esta infraestructura, diseñada por Juan de Villanueva, conectaba el Palacio Real con el Palacio de Vargas, residencia del monarca francés.

Las obras de soterramiento de la M-30 supusieron la modificación parcial de su trazado y agravaron su situación de abandono, en la que llevaba sumido durante años. La situación llegó a tal punto que en el lugar llegaron a vivir personas sin hogar hasta 2010, fecha en la que empezaron las obras de recuperación.

Pabellón BonaparteEl Consistorio ha creado un pabellón de cemento junto al túnel, con acceso desde Madrid Río. Sin embargo, el subterráneo parece que se ha quedado en la agenda de los trabajos por hacer. No hay iluminación alguna y, aunque, parece que las paredes se han trabajado, no se han acondicionado correctamente para la apertura al público. Todavía quedan pintadas de su antiguo abandono y no se ha cambiado el suelo por el pavimento de 1933, como estaba previsto. En estas circunstancias, el Gobierno municipal mantiene cerrado el enrejado del complejo.

El túnel fue encargado por el rey José Bonaparte a Juan de Villanueva en 1811. El rechazo de los españoles en la Guerra de la Independencia al monarca francés hizo que considerase necesario crear un acceso privado de dirección Este Oeste entre el Palacio Real y el Palacio de Vargas, en la Casa de Campo, donde José I fijó su residencia. Tras recorrer una avenida arbolada en el Campo del Moro, el monarca entraba en un subterráneo que cruzaba el Camino Viejo de Castilla y, por un puente de madera, llegaba a su residencia.

Entrada al pabellón BonaparteVillanueva falleció antes de ver terminada su obra, de estilo neoclásico, que fue continuada por su discípulo Isidro González. Este arquitecto cambió el puente de madera por el que luego sería el Puente del Rey. A mediados del siglo XIX, el túnel fue ornamentado con revestimiento que imitaba una gruta con estalactitas, tal y como narra Manuel Jorreto. En 1891 fue reformado por el arquitecto Enrique Repullés en estilo romántico.

En la Segunda República, tras ensanchar el Puente del Rey y la puerta de la Casa de Campo, se crearon unas escalinatas junto a la entrada del túnel. Tras años de abandono, la infraestructura se cerró hasta el soterramiento de la M-30.
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