La familia de Antonio Meño, el hombre que permanece en coma desde hace 21 años por una presunta negligencia médica, ha recogido sus cosas y se ha marchado esta tarde a su casa en Móstoles tras 521 días de protesta a la intemperie.
A pesar de que sus abogados les aconsejaron que continuaran unos días más acampados en la plaza de Jacinto Benavente de Madrid, el "agotamiento" ha podido más y la familia dormirá este viernes en Móstoles.

En la despedida de Meño, Juana Ortega, su madre, no pudo contener las lágrimas. Meño fue trasladado de la cama en la que estaba en la vivienda improvisada a una camilla que introdujo la familia en una furgoneta de su propiedad entre la nube de cámaras, micrófonos de radio y grabadoras que llevaban los periodistas. Una multitud de curiosos se acercó a la zona para ver la partida de la familia alrededor de las 16.30 horas.