Una víctima de violencia de género ha relatado este jueves durante el juicio cómo casi hace un año su exmarido acaba con su vida tras asestarle múltiples puñaladas que le han dejado marcada para el resto de su vida.
Según ha relatado la afectada, "Primero me cortó la boca y luego intentó cortarme el cuello. Me arrsatré mientras seguía cortándome y logré huir por una puerta que daba a la calle". Aunque ha intentado evitar el contacto visual con su agresor, la víctima ha tenido que acercarse al tribunal para mostrar las cicatrices de las puñaladas. A pocos metros de su exmarido ha mostrado las marcas de la comisura de los labios y las que esconde en su cuello. Tras ello se ha marchado de la sala de audiencias evitando mirar a su agresor quien sí seguía sus pasos desde el banquillo de los acusados de la Sección 16 de la Audiencia Provincial de Madrid.
Un cuchillo japonés
La pareja convivió durante 16 años, teniendo una hija en común. Tras la separación, la mujer cambió el bombín de su casa pero durante la mañana del 28 de abril de 2015 se encontró al acusado escondido en el salón de su casa, ubicada en el distrito de Alcalá de Henares.
"No me dijo nada. Me dio un puñetazo y caí de espaldas. Ya me caí en el suelo. Tenía un cuchillo en la mano. Lo primero que me cortó fue la boca y me dijo cállate. Intentó cortarme el cuello y después vi que la única opción era salir por la puerta de la calle. Me arrastré mientras me seguía cortando", ha relatado. "Pude abrir la puerta pero él me cerró la puerta en la mano", ha agregado la víctima, que desde entonces está de baja por sufrir una depresión a raíz de los hechos.
Otra versión de los hechos
Según el fiscal, el acusado mantuvo una relación sentimental durante 16 años con la víctima, quien decidió darla por terminada el 23 de diciembre de 2014. Pese al tiempo transcurrido y no habiendo logrado resolver ciertas desavenencias surgidas a propósito del incipiente proceso de medidas paternofiliales, el procesado decidió acabar con la vida de la víctima durante la mañana del 28 de abril de 2015.
El procesado, tras abandonar el lugar de los hechos, fue detenido por agentes de la Policía cuando se estaba deshaciendo de sus ropas ensangrentadas y arrojándolas a un contenedor de reciclaje. El agresor ha explicado que se presentó en la casa porque tenía que recoger unas cosas indicando que cogió el cuchillo para calmar a su exmujer porque se había puesto nerviosa al verle.
El presunto culpable, Carlos Jesús B.S es juzgado por un delito de asesinato en grado de tentativa con un agravante de parentesco y otro de allanamiento de morada. La Fiscalía solicita una pena de 14 años y 6 meses de prisión.