11/05/2018@07:43:00
Este viernes, la calle de Marcelino Camacho -prometida desde hace diez años- se hace realidad. Su placa sustituirá a la de Agustín Muñoz Grandes, que hasta ahora daba nombre al paseo por el que Josefa Samper, mujer de Camacho, transitaba para ir a verle a la cárcel de su barrio de siempre, Carabanchel. Con esta excusa, Madridiario se adentra en su casa, el epicentro de una biografía que todavía rezuma activismo y justicia. Allí nos atiende Marcel, uno de sus dos hijos, quien ilustra la vida de su padre a través de las habitaciones de una humilde morada situada en la tercera planta del número 25 de la calle Manuel Lamela.