Los análisis de toxicidad realizados por el Samur-Protección Civil para los gases emitidos por el vertedero ilegal de la A-3 revelan que no hay riesgo de sobreexposición, ni de intoxicación real para la población, según datos oficiales del Ayuntamiento de Madrid, a los que ha tenido acceso Madridiario.
Según dichos documentos, desde julio de 2015 se han hecho
mediciones de posibles gases tóxicos y contaminantes que pudieran afectar a la población que reside en las inmediaciones del vertedero. Los registros mensuales tomados 'in situ' han detectado desde entonces emisiones de monóxido de carbono en concentración tóxica a una exposición de 15 minutos y otro producto tóxico sin identificar. En las mediciones de los últimos meses, tal y como revelaron la portavoz del Gobierno municipal,
Rita Maestre, y el Samur-Protección Civil, a consultas de Madridiario, e
stos productos eran tóxicos hasta a 10 metros. En el último informe, fechado el 12 de abril,
se detectaron nuevos puntos de salida de humos, después de los últimos episodios de precipitaciones. Las emisiones seguían teniendo carácter tóxico, aunque la cantidad de humo que salía era pequeña y se dispersaba a un metro, dando parámetros normales a dicha distancia. Es decir, el nivel de toxicidad de las emisiones está remitiendo, según los datos del Ayuntamiento.
En otra escala, se realizaron también mediciones en el PAU de Vallecas, en la Cañada Real, en la zona de Covibar (Rivas-Vaciamadrid) y en Los Berrocales. En los mismos se demostró que
en ningún caso se alcanzaron límites de sobreexposición que afectasen a la salud y ni siquiera se superaron niveles de permanencia temporal de gases en los límites establecidos por más de ocho horas.
En el mes de junio de 2015, se produjo
un incendio en un vertedero ilegal cerca de la Cañada Real, en un terreno sin inmatricular. Las llamas provocaron que el Ayuntamiento de Madrid, tras amagar con pedir ayuda al Ejército,
sellase, quince días después, con tierra el vertedero, mientras
se actuaba judicialmente contra el individuo que explotaba el terreno. En el ínterin, barrios enteros de Vallecas y Rivas-Vaciamadrid se vieron afectados por nubes de
humo pestilente, produciéndose problemas de salud para la población.
En diciembre, la capa de tierra prensada
se resquebrajó y se produjeron fumarolas. El Consistorio aseguró que se trataba de vapor de agua pero, tras las informaciones publicadas por Madridiario,
tuvo que reconocer que se emitían gases tóxicos. El Gobierno municipal de la capital se comprometió a iniciar
esta semana los trabajos de sellado definitivo del 'volcán' de basura, antes de que llegue el verano y se puedan producir nuevos problemas.