A punto de llegar el otoño ya no se ve el color de la lavanda, pero aún se intuye ese morado que ilumina los campos en los meses de junio y julio. Hectáreas infinitas de plantas alineadas a la perfección se divisan en unas sendas arenosas con varios carteles que dejan claro de quién son propiedad estas tierras. Estos caminos, cuyo olor atrapa en una espiral de sensaciones, albergan el 10 por ciento de producción mundial de lavanda. Aquí, en Brihuega, a 80 kilómetros de Madrid.
La localidad alcarreña ha obtenido este julio un dato histórico en cuanto a turismo, superando incluso a Sigüenza, que es una de las localidades más turísticas de Castilla-La Mancha, y esto se lo debe a las más de 1.000 hectáreas que hay en el pueblo, de las cuales la mayoría están inundadas de lavanda, lo que hace que se conozca la localidad como la 'Provenza española'.
A una hora en coche de Madrid, la destilería de Emilio Valeros, director técnico de perfumes de la prestigiosa firma Loewe y dueño de Intercova Aromáticas, recuerda a la mítica serie 'Breaking Bad'. Valeros y su socio, Ángel Corral, no son Walter White y Jesse Pinkman, pero sí que, como ellos, han sabido ver la oportunidad en un mercado cerrado, donde es difícil meter la cabeza y que no te la corten.
Dos contenedores gigantes de color verde son la carta de presentación de la destilería que vende el 99,9 por ciento de su producción a Francia, país de tradición lavandil, Japón, EEUU e Inglaterra. Junto a la mesa de operaciones en la que llevan la cuenta de sus productos, aparece una placa que preside la sala: 'Premio al mejor proyecto de Innovación, Sostenibilidad y RSC de la Academia de Perfume'. Valeros explica que han querido "producir lo máximo con los gastos mínimos" sin dañar al medio ambiente, o dañándolo lo mínimo posible. "Hemos buscado la máxima rentabilidad respetando el medio ambiente, es una placa que no tiene cualquier empresa, conseguirla es difícil y querer mantenerla (hay controles todos los años) nos hace mejorar", explica el perfumista con más de 40 años de experiencia a sus espaldas.
Con un olor a lavanda destilada y con vistas a los campos, Emilio Valeros intenta explicar el porqué de su éxito: "Esto viene de un estudio importante: no es plantar por plantar, sino qué plantar y cómo plantarlo". En teoría, estos campos tienen las condiciones perfectas para plantar lavanda: altitud (más de 800 metros sobre el nivel del mar), tierras calizas, inviernos duros y veranos calurosos. Aunque no sólo el estudio del clima ha hecho que sean la principal empresa de la zona: la innovación y el control del proceso desde el inicio hasta el final son las otras patas de la mesa.
Para el control del proceso, Intercova trabaja con Hermanos Corral, que se ocupan de todo lo que tiene que ver con la agricultura. Ángel Corral es uno de los tres hermanos. "Nosotros controlamos todo, desde el vivero hasta la destilación", explica Corral. "Vamos alternando lavanda y cereal. Los dos primeros años dejamos crecer la planta, el momento preciso para empezar a cosechar es a partir del tercer año, hasta los 12 o 14, cuando se acaba la vida útil", relata. Corral también explica que hay hasta cinco tipos de lavanda (fina, maillet, grosso, súper y abrial): "La lavanda es como todo, hay tipos y tipos. Lo que no sirve para perfume se hace detergente y, si no, sirve como pienso para conejos".
Cuando parece que no se puede exprimir más el negocio de la lavanda, aparece la empresa Aromas de la Alcarria (también perteneciente al grupo empresarial), que se dedica a vender al por menor todo tipo de productos hechos con lavanda: flores secas, velas aromáticas, esencia de lavanda en sí... todo vale para convertirse en la imagen corporativa del pueblo, junto con su famosa miel.
Además, hace cinco años, a uno de los hermanos Corral se le ocurrió llenar de música una escena (casi) perfecta. A la luz del atardecer, decidieron organizar conciertos durante algunos días en los meses de junio y julio. Este año ha sido el turno del malagueño Zenet y de Estrella Morente. La velada la disfrutaron más de 1000 personas y que cada año tiene más público. No es para menos: pocas veces se puede disfrutar de la mezcla de música, emprendimiento y belleza al mismo tiempo y bajo el mismo sol.