Tal día como hoy en 1894 se estrenó en el Teatro Apolo de Madrid La verbena de la Paloma, obra que consolidó el género chico.
El Madrid más castizo se subió al escenario por primera vez hace 124 años. Con libreto de Ricardo de la Vega y música de Tomás Bretón, el Teatro Apolo de Madrid acogía por primera vez el 17 de febrero de 1894 La verbena de la Paloma. El subtítulo de la obra era El boticario y las chulapas y celos mal reprimidos y retrataba el estilo de vida de la época, cosechando un éxito que hizo que el género chico se consolidara.
La obra, que aún sigue representándose, consta de un solo acto dividido en tres cuadros. Cada uno de estos tiene un decorado y una escena diferente. Los personajes más entrañables de la representación son Hilarión, don Sebastián o la tía Antonia.
Del teatro al cine
El séptimo arte no tardó mucho en darse cuenta del éxito de esta obra y quería subirse al carro. Además, los músicos y libretistas sintieron una conexión con el cine y decidieron llevar a la gran pantalla sus obras. Así, La verbena de la Paloma tiene tres versiones cinematográficas.
La primera fue una película muda estrenada en el CircoPrice en diciembre de 1921. Dirigida por José Buch, tuvo un gran éxito porque, además, el propio Tomás Bretón adaptó la música que acompañó a la reproducción.
Años más tarde, en la década de los años 30, fue Benito Perojo quien la adaptó al cine. Con la mayoría de escenas en blanco y negro, se convirtió en la primera cinta española en utilizar el Technicolor. Para rodarla se construyó una calle de 500 metros para la escenografía.
Tuvieron que pasar casi seis lustros más para que los españoles pudieran volver a disfrutar de la obra en el cine. Fue José Luis Sáenz de Heredia quien la adaptó y la estrenó en 1963, dirigiendo, entre otros grandes artistas, a Concha Velasco.