Tal día como hoy en 1910 murió el dramaturgo Ricardo de la Vega. El hijo del también escritor Ventura de la Vega, fue el creador del famoso sainete lírico ‘La Verbena de la Paloma’.
Sin estudios superiores, Ricardo de la Vega compaginó en sus inicios distintos puestos en la administración pública con colaboraciones periodísticas en el Diario del Pueblo o El Liberal, entre otros, y con el oficio de autor teatral, en el que se inició por influjo de su padre, Ventura de la Vega. A pesar de que el éxito en las tablas le llegó tarde, tiene en su haber una extensa producción dramática; su genio creador brilló especialmente en el género chico, llevándolo a la categoría literaria.
Contribuyó a la recuperación del sainete en Madrid con algunas piezas (Los baños del Manzanares, 1875; A las puertas de la iglesia, 1876; Vega, el peluquero, 1877), en 1880 Federico Chueca puso música a su sainete La canción de la Lola. Al sainete que por muchos es llamado el único género del teatro, le sumó música nueva y Ricardo de la Vega se erigió como iniciador del nuevo género sainetero musical.
Otros sainetes líricos del libretista son De Getafe al paraíso o La familia del tío Mahoma(1883); La abuela (1884), Pepa la frescachona o El colegial desenvuelto (1886); El señor Luis el Tumbón o Despacho de huevos frescos (1891) y la archifamosísima La verbena de la Paloma, que es la obra que más fama y dinero le reporta, con música de Tomás Bretón y dedicada a las fiestas de la Paloma en Madrid.
Aunque es verdad que destacó en el sainete, cultivó también la otros géneros como la comedia (Los dos primos, 1860; Una noche en el Retiro, 1873) y la revista lírica (Cuatro sacristanes, 1875, bufa; Una jaula de locos, 1876; ¡A los toros!, 1877 y tal vez la más famosa, El año pasado por agua, 1889, con música de Federico Chueca y Joaquín Valverde Durán).