¿Le gusta viajar y comer bien? Si estas inquietudes forman parte de su ADN, lo suyo es apuntarse al club de Foodies Viajeros para entregarse en cuerpo y alma al gastroturismo. Cocinas del mundo, contrastes de sabor y color e inquietudes multiculturales forman parten de los viajes de esta organización. Desde la ciudad amurallada de Fez y su cocina bereber hasta la auténtica paella valenciana y los txangurros vascos de San Sebastián. Así son las andanzas de un grupo de apasionados por las salidas culinarias.
Madrileña de nacimiento pero con herencia riojana, irlandesa y americana. Sangre viajera es la que corre por sus venas desde que tiene uso de razón. Unas raíces multiculturales que la empujaron a incorporar sus andanzas aventureras a su vida diaria. Intrépida y luchadora constante por encontrar vías de supervivencia y adaptadas a su gran pasión, la cocina, Catalina Brennan se define como una foddie viajera, amante de la buena mesa y siempre pendiente de las últimas tendencias culinarias. Esta chef apasionada y forjada en las entrañas del Basque Culinaty Center, cocinera a domicilio y experta en showcookings, es el alma mater de un club que abre sus puestas a todos los espítitus viajeros que quieran experimentar una auténtica aventura gastronómica cuyo final siempre deja un dulce sabor de boca.
"Este es el club al que siempre he querido pertenecer". Con estas palabras comienza Catalina la regresión a los inicios del club. Unos recuerdos que la trasladan hasta algunos momentos de su vida en los que necesitó un cambio de rumbo: "Me separé y cuando mi hijo se iba con su padre los fines de semana, tenía tiempo libre que comencé a invertir en viajar. Encontré por Internet un grupo de viajeros a los que decidí unirme". Fue el inicio y el germen de una pasión viajera que la llevó tiempo después a "coger el petate" para irse a vivir, con su hijo, a Gran Canaria.
"Mi cocina fusiona contrastes de sabores y colores"
Una nueva etapa que recuerda con dulzura porque le abrió, todavía más, la mente tras "poner patas arriba su vida". Allí, comenzó un proyecto que a día de hoy, sigue formando parte de su bagaje profesional:'Chef in house', con menús a domicilio, en los que 'Cata', como la conocen sus amigos, se encarga de preparar los platos que definen su cocina de la felicidad: "Contrastes, colores, sabores, texturas, momentos compartidos, largas charlas y juegos". Así es el arte culinario de esta mujer, incansable viajera que, desde hace muchos tiempo, aplica en su vida el 'kaizen', que en japonés significa mejora continua: "Es mi filosofía de vida, la aplico a mi cocina y la traslado al público".
Con esta forma de trabajar y entender la vida, a finales de 2018 decidió que había llegado el momento de poner en marcha una propuesta gastronómica abierta a todos los que quieran vivir una experiencia única. "Reunir a personas que les guste viajar y comer bien. A veces no encuentras amigos que compartan estas mismas aficiones o simplemente no te siguen el ritmo", explica. El club de Foodies Viajeros se convierte en una oportunidad para embarcarse en una tribu "loca" por la buena cocina y los viajes. "Y lo más importante: "Pueden llegar más allá de donde lo harían solos". Con Catalina compartirán experiencia con algunos de los chefs más destacados del momento a través de encuentros personalizados, comidas y cenas en sus restaurantes.
De la cocina bereber a las cocochas de San Sebastián
El primer viaje del club eligió como destino Fez (Marruecos). Tres noches en esta ciudad para conocer de cerca el trabajo de la cocinera española de origen marroquí Najat Kaanache. Formada en lugares como elBulli (Roses, Girona), Noma (Copenhague), Per Se (Nueva York) o Alinea (Chicago) ha puesto en marcha una cocina que despierta los sentidos. Los diez platos componen su menú pudieron ser saboreados por los viajeros. "Se vino con nosotros a la montaña, viajamos a un mercado medieval, dormimos en una casa bereber y cocinamos con ellos a la leña", recuerda Catalina sin olvidar los recorridos por la medina y sus zocos.
"En los viajes es tan importante la gastronomía como los museos"
Este viaje no quiso perdérselo Carmen, una de las incansables gastroviajeras que no ha faltado a ninguna de las rutas organizadas hasta el momento: "No olvidaré la afectuosa hospitalidad y la elaboración de los platos de su cocina ancestral con las mujeres de la famiia bereber". La bisabuela de Carmen, que nació a finales del siglo XIX, preparaba codornices con chocolate. Y siendo muy pequeña ayudaba a su madre a hacer hojaldre cortándolo con un cuchillo incandescente: "Mamé el interés por la cocina, así que decidí que, cuando tuviera tiempo, iba a aprender con los mejores". Con esta idea creció y cuando encontró a la artífice del club de Foodies Viajeros, entendió que había llegado el momento de compartir sus conocimientos gastronómicos.
"No olvidaré los tubérculos y las explicaciones de Begoña Rodrigo en La Salita' ni a David Montero que nos hizo de anfitrión por el maravillosos Mercat Central". Otro recuerdo de la experiencia gastroviajera en Valencia que llegó después de Fez. La ganadora de la primera edición del programa de televisión Top Chef atendió personalmente al grupo y preparó algunos de los platos más representativos de su cocina como el ali pebre o la anguila y sus nuevas creaciones en torno a las raíces. Pero no solo Rodrigo fascinó las expectativas del viaje. David Montero, galardonado con el Primer Premio a la Mejor Paella de la Comunidad Valenciana, paseó con la 'tribu' por los más de 300 puestos del Mercado Central. Con ellos, cocinó una auténtica paella valenciana, con garrofó, judías, alcachofas y pollo. "Convencí a mi pareja para que viniese. Siempre me ha gustado la cocina y viajar y este club tiene las dos cosas", cuenta Charo, otra de los viajeros que forma parte del club. Aunque esta, la de Valencia, fue su primera aventura, reconoce que repetirá: "El ambiente es relajado, sin sofisticación. La experiencia permite conectar el mundo de expertos en la cocina con los amateurs".
Del último viaje regresaron hace unas semanas con el 'regustillo' de todo lo que probaron y experimentaron en San Sebastián. De la mano de Xavier Gutiérrez, mano derecha de Juan Mari Arzak y escritor de Noir Gastronómico, visitaron el mercado de La Bretxa, para comprar los productos que posteriormente fueron cocinados en la sociedad gastronómica más antigua de Donosti. "Fuimos unos privilegiados ayudantes de cocina preparando txangurros, cocochas, anchoas y espárragos", detalla Carmen. Esta viajera que "prueba todo", desde serpiente, tortuga y tiburón 'podrido', asegura que nada le defrauda porque se trata de nuevas experiencias enriquecedoras que permiten conocer personas y culturas diferentes a las de nuestra vida cotidiana.
Pero lo mejor de todo, por encima de las expectativas del viaje, es la "compenetración" del grupo. Personas que no se conocen de nada y con perfiles dispares entablan conversaciones y amistades que perduran en el tiempo. Paseos y risas compartidas que se quedan en el recuerdo de otros de los intrépidos viajeros que prefiere guardar su anonimato. A sus 60 años y acostumbrado a viajar solo, se apuntó al club con alguna reticencia pero tras viajar a San Sebastián, esas dudas iniciales quedarons disipadas al instante: "No he estado en una viaje como este. Actividades, gastronomía y gente encantadora. Sin duda, volveré a repetir después del verano".
"Madrid ofrece una brutal oferta gastronómica"
Tras el periodo estival, volverán nuevas rutas. A finales del mes de septiembre, un viaje relacionado con la vendimia -falta definir si en Toro o Granada- permitirá conocer los mejores vinos. En noviembre, Galicia será el destino elegido para salir a pescar con los artesanos de la pesca y conocer el proceso de maduración del pescado. El gran viaje llegará en febrero: "Quiero que viajemos a Tokio". Y ya en primavera, algo más cerca, a Silicia. Una intensa agenda de localizaciones que Catalina ya ha comenzado a engranar. Pero antes, unas cuantas quedadas en Madrid compensarán a aquellos viajeros que no pueden irse tan lejos. "Madrid es un destino gastronómico brutal y la ciudad es el mejor mercado", confiesa. La chef, que desde siempre compra en el Mercado de las Ventas, nos adelanta su cita más cercana: el 27 de abril en el Despacho Clandestino(Legazpi). Una cata de vinos y otra de quesos se convertirán en los sabores que incitarán a soñar con los próximos destinos.