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La plaza de las Provincias es una de los enclaves que pasan a ser BIC.
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La plaza de las Provincias es una de los enclaves que pasan a ser BIC. (Foto: Kike Rincón)

Una Plaza 'más' Mayor: Patrimonio dobla el entorno protegido para evitar atentados paisajísticos

Por Javier García Martín
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jgarciamadridiarioes/7/7/19
jueves 23 de agosto de 2018, 07:00h
La Comunidad de Madrid ha decido aumentar el perímetro protector tendido alrededor de uno de los mayores iconos de la capital, la Plaza Mayor. Desde hoy, enclaves como la Cava de San Miguel, la plaza de la Provincia y unos 300 metros de la calle Mayor entran a formar parte de este Bien de Interés Cultural (BIC). Así, Patrimonio tendrá que autorizar cualquier modificación en el aspecto de los edificios que, con este movimiento, se incorporan al catálogo. La idea es evitar que reformas sin control provoquen irremediables consecuencias en la contemplación del visitado conjunto monumental. La directora general Paloma Sobrini defiende este "paso más" en la conservación del centro, adoptado sin contestación: "Todo el mundo agradece que se mantengan su esencia y su belleza".

Patrimonio no quiere jugársela con uno de los exponentes más conocidos y reconocidos de Madrid. La Plaza Mayor, pretérito puerto franco, corazón de la capital de los Austrias, escenario de coronaciones, corridas y autos de fe durante siglos y hoy remolino de turistas y numismáticos es, desde este jueves, algo más grande. Casi el doble. La Consejería de Cultura de la Comunidad de Madrid ha aprobado la ampliación del catálogo de calles y edificios que conforman el entorno de este conjunto, declarado monumento nacional -luego Bien de Interés Cultural (BIC)- en 1985. Sobre el plano, esta decisión supone la ampliación del perímetro protegido hasta una superficie de 5,73 hectáreas.

"En realidad, todo ese espacio ya tenía una protección por estar dentro de la cerca de Felipe II", explica a Madridiario la directora general de Patrimonio Cultural, Paloma Sobrini. "Lo que hacemos ahora es aportarle un grado más", añade. Ese extra conlleva una obligación nuclear para los propietarios de las manzanas afectadas: desde hoy, ninguna obra en el "envolvente exterior" de los edificios podrá ejecutarse sin el consentimiento último de la Consejería.

En el punto de mira está la acción de la piqueta sobre fachadas y balcones, pero no solo. También, la construcción de nuevas alturas en unos inmuebles especialmente cotizados como alojamientos o la instalación de banderolas, focos o tenderetes. Todo, en definitiva, lo que perjudique "la correcta percepción o comprensión del edificio". Por ejemplo, nada debe sobrepasar la línea que trazan los castizos tejados contemplada desde el suelo ni nada debe tapar la vista de los callejones a ras de adoquinado que parecen lanzarse desde la estatua ecuestre de Felipe III.


(Mapa comparativo. Elaboración propia)

Todos a favor

La ampliación del expediente de la Plaza Mayor, que empezó a tramitarse a finales de noviembre, ha salido adelante sin oposición de particulares y con la unanimidad del Consejo Regional de Patrimonio Histórico, un heterogéneo foro en el que tienen voz y voto el Ayuntamiento de Madrid junto a otros municipios preñados de reliquias, la Iglesia católica, la Universidad, el Gobierno central, los cuatro partidos de la Asamblea o representantes de colegios profesionales y de academias de historia y arte. "Es una de nuestras líneas de trabajo, proteger entornos. Se trata de ir un paso más allá. En la Plaza Mayor, todo el mundo agradece que se mantengan su esencia y su belleza, que no venga nadie a agredirla", celebra Sobrini.

Con el mapa en la mano, el nuevo perímetro se extiende varias manzanas en los cuatro puntos cardinales. Al norte, incorpora unos 300 metros de las dos aceras de la calle Mayor; al este -la mayor ampliación-, se suman las fincas que llegan hasta la calle de San Cristóbal y las plazas de Santa Cruz y de la Provincia, una decisión que afecta a nombres como el de la Posada del Peine; al sur, el tiralíneas desciende hacia la confluencia con la calle Segovia, lo que incluye la plaza de la Puerta Cerrada; por último, el flanco oeste se cierra por la histórica Cava de San Miguel, bordeando el mercado que lleva su nombre.

La normativa, apunta Sobrini, no obliga a retirar lo que ya hay, sino que opera para las licencias que concedan en el futuro el Ayuntamiento. Él será, a partir de ahora, el encargado en primer término de hacer cumplir esta "disciplina urbanística", advierte.

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