El próximo 21 de abril, la nave Daoíz y Velarde albergará el primero de los cinco talleres que las Juntas de Arganzuela y Retiro, junto al Área de Desarrollo Urbano Sostenible, han programado para darle un giro de 180 grados al puente de Pedro Bosch. La idea es que se asimile a modelos ya existentes de regeneración urbana, como el High Line de Nueva York o el Promenade Plantée de París, ambos antiguas líneas de ferrocarril en desuso que hoy están convertidas en parques que sirven de unión entre diferentes puntos de la ciudad.
El Consistorio quiere trasladar este planteamineto urbanístico al la zona que hoy une Doctor Esquerdo con Méndez Álvaro y transcurre, en su mayor parte, por un paso elevado sobre las vías de tren de Atocha y la avenida de la Ciudad de Barcelona. El objetivo es un tramo que facilite el traslado entre distritos a peatones y ciclistas entre los barrios de Atocha, Pacífico y Adelfas.
El concejal de Retiro, Nacho Murgui, y la concejala de Arganzuela, Rommy Arce, serán los encargados de presentar, junto al equipo técnico que está coordinando el estudio de la zona, el inicio del diagnóstico de los alrededores del puente, las características técnicas del entorno y las necesidades y demandas manifestadas hasta la fecha por los habitantes de la zona.
Dentro del proyecto participativo sobre el puente de Pedro Bosch hay previstos dos eventos culturales para el 28 de mayo y el 17 de julio y una exposición de la EMT para la Semana de Movilidad de Madrid en septiembre, que pretenden ser experiencias piloto de lo que podría ser la peatonalización de Pedro Bosch.