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PREMIO ESPECIAL "MADRID, UNA VIDA"

Olga Ramos, Premio Madrid Toda una Vida en 2004
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Olga Ramos, Premio Madrid Toda una Vida en 2004

Olga Ramos: la reina del cuplé madrileño

Por MDO

La cantante Olga Ramos, elegida este año para recibir el Premio Toda una Vida por el jurado de los Premios Madrid, debe tal decisión a haber dedicado sus 86 años a la potenciación y defensa de un género tan arraigado a la ciudad de Madrid durante buena parte del siglo XX como ha sido el cuplé. Olga supo demostrar que la gracia y la complicidad con el público eran magníficos complementos de una profesionalidad conseguida con esfuerzo en los estudios musicales y desarrollada en el día a día sobre un escenario y que la convirtieron en la reina del café concert y del cuplé.

Trinidad Olga Ramos, nació como tantos madrileños, en Badajoz, durante el año de 1918. Cuentan que en sus genes recibió, al igual que su madre, la herencia de aquel cantante de fados que era su abuelo Joaquín, un portugués de Elvas que se casó con una extremeña. Era tanta la afición familiar por la música que hasta María Sanguino, la madre de Olga Ramos, se planteó ser cantante profesional, pero su boda con un militar limitó las actuaciones al recinto familiar. Cuando Olga quiso dedicarse a la música, su padre exigió que fuera a través de los profesores del Conservatorio y así, primero en Badajoz y luego en Madrid, estudió violín con Joaquín Macedo, Antonio Bordas y Enrique Iniesta; declamación con Nieves Suárez y José Franco; baile como Carmelita Sevilla y canto con Carmen Vivó. De esta forma desde los ocho años, para Olga Ramos la música fue su principal compañera. Tres años después, la familia se trasladaba a Madrid, a un piso de la calle Cardenal Cisneros. Posteriormente , y tras una breve estancia de nuevo en Badajoz, la familia Ramos Sanguino ocupó otra vivienda en la calle Modesto Lafuente, de donde pasaron, a la muerte de uno de sus hermanos, a la calle Sagasta.

La marcha de los hombres a la Guerra Civil, hizo que Olga, que había conseguido el primer premio de Música de Cámara en el Conservatorio de Madrid, comenzara a trabajar de violinista en el cine Bilbao poniendo música a las pelicúlas mudas o actuando en el intermedio de las proyecciones sonoras. A partir de ese momento, actuó en diversos cafés de Salamanca, Zaragoza, Bilbao y Madrid donde actuó en locales como el Cunningan -en los bajos del cine Bilbao-, La tropical -en el arranque de Reina Vicoria- y el café de la Montaña -en la Puerta del Sol, donde Valle Inclán había protagonizado una pelea que le costó perder una mano-.

Para entonces no sólo tocaba el violín sino que cantaba. De allí pasó a salas de fiesta en Tetuán y Tánger donde enfermó, tras beber agua en un aljibe, teniendo que ser trasladada al Hospital del Rey en Madrid donde logró sanar. Ya en Madrid, volvería a la Puerta del Sol, pero esta vez al Universal donde conocería al que iba a ser su marido, Enríque Ramírez de Gamboa, que dirigía la orquesta Alas y que tocaba saxo, clarinete y bandoneón. Pronto comenzaron a actuar juntos y así permanecieron interpretando música española nada menos que veinte años en el mismo café. Durante este tiempo hicieron algunas escapadas como cuando actuaron en el Circo Price o cuando en verano se trasladaban a la terraza de otro café Universal -sin relación con el de Madrid- que estaba en Vigo. De allí, la orquesta de Olga pasó al Varela, en la calle Preciados, casi en la plaza de Santo Domingo, donde durante tres años actuaron Olga, el Cipri -nombre artístico con el que pasó a ser conocido el marido de Olga- y una pianista llamada Magda que Olga también rebautizó como Fortunata.

Tras el cierre de este local y una temporada en el teatro Eslava como violín concertino, Olga se quedó sin trabajo hasta que fue contratada en 1968 como vilinista de un restaurante romántico que se acababa de abrir en la calle de la Palma con el nombre de El último cuplé. Olga tocó allí el violín hasta que uno de los clientes, tras reconocerla, le pidió que cantara un cuplé. A partir de ese momento el triunfo de Olga fue imparable e incluso dio el salto y pudo actuar con éxito en México en 1978 lo que le permitió conseguir el traspaso del local de la calle de la Palma al que cambió el nombre por el de "Las noches del cuplé". Ya como responsable del local, devolvió a éste la fama que había alcanzado y por allí pasaron desde el Príncipe Pelipe y su hermana Elena, hasta don Juan de Borbón, pasando por Plácido Domingo, Severo Ochoa, Gorbachov o Torrente Ballester. Fue entrevistada en radio y televisión, apareció en numerosos programas como Los años vividos, La hora de.. o Visto y no visto.

En 1999, después de 31 años en el local de la calle de la Palma, cerró Las noches del Cuplé con la excusa de los propietarios de que la finca se hallaba en mal estado y había que hacer unas obras que supusieron el cierre de la salida de emergencias y la clausura del local de Olga Ramos. Ni siquiera queda la placa que en 1993 pudo el Ayuntamiento, indicando que "en la finca de este viejo rincón de Madrid, la vionista y cantante Olga Ramos con su arte mantiene vivo el cuplé" que alguien se llevó. Se mantiene, no obstante la placa colocada en la Puerta del Sol, donde estuvo el café Universal.

Entre los muchos premios conseguidos, Olga Ramos ha recibido la medalla de Oro al Mérito al Trabajo, ha sido Popular del diatrio Pueblo 1971, tiene la Medalla de Madrid al Mérito Artístico, medalla de la Fundación Villa y Corte, gran lazo de Dama de Isabel la Católica, o medalla de oro Agustín Lara. Al ser informada de la decisión del Jurado de los Premios Madrid, Olga Ramos reconoce que se emocionó. "Sentí un orgullo enorme y pensé que era un honor y un reconocmiento al amor que le tengo a Madrid. Adoro esta ciudad y no pe puedo pasar sin ver sus calles y a sus gentes. Y es que he entregado mi vida a Madrid".

Reconoce que se siente "como al reina del cuplé. El cuplé es una cosa muy difícil y hasta que la cantamos nosotras eran unas letras hermosas pero muy monótonas. Nosotras le dimos una dimensión, la profundidad que hizo que traspasara las candilejas y llegara al corazón. Nosotras empezamos a interpretar un cuplé teatral que hacía reír y llorar, y a partir de entonces todas querían cantar como Olga Ramos".

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