Ampliar la zona regulada por los parquímetros, cortar al tráfico la Gran Vía los domingos, limitar la circulación en la Casa de Campo o en la Dehesa de la Villa e incluso volver a proteger el carril bus con bordillos han sido algunas de las iniciativas de la Concejalía de Movilidad merecedoras del Premio Madrid Iniciativa de Movilidad. Solucionar el problema del tráfico en Madrid no es tarea fácil ya que está considerado uno de los principales problemas de la capital. La solución requiere mano dura, disciplina, mayor dedicación material y humana, e incluso buenas dosis de imaginación.
La 'bestia negra' de todas las concejalías del Ayuntamiento de Madrid ha sido siempre, sin duda, la de Movilidad. Solucionar el difícil problema del tráfico en la capital no es tarea fácil, y sus decisiones son siempre polémicas. Paradójicamente y por primera vez en décadas, en el actual Consistorio no hay una concejalía en la que aparezca la palabra Movilidad, Circulación o Tráfico. Las políticas de esta materia se engloban en el área de Seguridad y Servicios a la Comunidad que dirige el concejal Pedro Calvo, cuyas políticas encaminadas a mejorar la circulación han sido elegidas por el jurado de los Premios Madrid que ha querido reconocer la imaginación a la espera de que el tiempo permita evaluar su efectividad.
A la espera de saber si los nuevos Agentes de Movilidad se dejarán sentir en una mejora del tráfico en Madrid, su creación pone de manifiesto el deseo del Ayuntamiento de dedicar más esfuerzos a la vigilancia y el control para acabar con la indisciplina viaria de los madrileños. Estos 700 nuevos funcionarios municipales, que estarán en la calle a finales de año, se encargarán exclusivamente de regular el tráfico -descargando de estas tareas a la Policía Municipal-, y tendrán capacidad sancionadora. La primera avanzadilla de 150 agentes de movilidad comenzará a trabajar en el mes de julio, aunque en principio lo harán con carácter interino.

Otra de las iniciativas puesta en marcha por la concejalía es la ampliación de la zona regulada por parquímetros a todo el perímetro interior de la M-30. Será a partir del mes de junio con un objetivo final: duplicar a lo largo del 2004 el número de plazas incluidas dentro del Servicio de Estacionamiento Regulado (SER). A las 42.902 plazas reguladas por parquímetros se sumarán las pintadas en zul y verde de Chamberí, Tetuán, Arganzuela, Cuatro Caminos, Vallehermoso, Ríos Rosas, Niño Jesús, Pacífico, Palacio, La Guindalera, Palos de Moguer, Embajadores, Castillejos, y parcialmente en El Viso, Nueva España e Hispanoamérica.
El Ayuntamiento espera que con la implantación de los parquímetros, muchos madrileños se decidan a dejar el coche en casa y a desplazarse diariamente en transporte público. Eso en lo que respecta a los días laborables, pero además también ha impulsado otra medida para los primeros domingos de cada mes. El cierre al tráfico de la Gran Vía los domingos que abran los comercios comenzó de forma experimental las pasadas Navidades, pero ante los buenos resultados, tanto de tráfico como comerciales, el Ayuntamiento acordó con los empresarios de la zona extender esta medida a todos los domingos comerciales del año. Así, esta importante arteria madrileña permanece cortada desde Red de San Luis hasta San Bernardo, dejando dos carriles para el paso de autobuses y taxis.

El alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, ha adelantado en bastantes ocasiones que pretenden dar prioridad al peatón sobre los coches, y esto se ha traducido, no sólo en la Gran Vía, sino en tres de los más importantes parques de Madrid. Así, desde hace pocos meses, los vehículos tienen restringido el paso en la Casa de Campo, el Parque del Oeste y la Dehesa de la Villa. Concretamente el 1 de agosto entró en funcionamiento la reordenación del tráfico en la Casa de Campo, en la que se dejaron abiertos los accesos al Lago por la M-30, y al Zoológico y al Parque de Atracciones por la avenida de Portugal, a través de las puertas de la Venta y de Dante. En la Dehesa de la Villa se ha impedido que los coches circulen por este parque y se ha cerrado al tráfico la carretera que lo atraviesa desde la calle Francos Rodríguez hasta la Avenida Complutense. Por último, también se cerraron las arterias que vertebran el Parque del Oeste, especialmente la concurrida avenida de Camoens.
Otra de las medidas adoptadas por el área municipal ha sido la instalación de bordillos para proteger los carriles bus. Será para el verano cuando comiencen a colocarse estos elementos separadores del carril bus que tanta polémica suscitaron hace años, y se hará en una primera fase en 22 kilómetros de carriles reservados al transporte público. La concejalía se propone mejorar la velocidad de los autobuses de la EMT, la frecuencia del servicio y la movilidad urbana en general con un modelo de bordillo en forma de ola de 35 centímetros de altura y 30 de ancho.