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Miembros de Emergencias trasladan a uno de los heridos en los atentados del 11-M |
11-M, la mayor prueba de las emergencias regionales
Por MDO
El 11 de marzo la ciudad de Madrid quedó desolada por los más brutales atentados que haya vivido nunca este país y que causaron 192 muertes y heridas a otras 1.800 personas. Sin embargo, de las situaciones límite que se vivieron en las estaciones de tren de Cercanías de Atocha, Santa Eugenia y el Pozo, se constató que los madrileños son un pueblo generoso y desinteresado, y que cuenta con unos servicios de emergencia ejemplares. La coordinación que se llevó a cabo desde la sede del 112 en Pozuelo, y la rapidez con que actuaron todos los servicios fue un ejemplo de profesionalidad y calidad humana que el Jurado de los Premios Madrid, otorgados por Madridiario, quiere reconocer con el Premio Iniciativa Social Pública.
La primera llamada de alerta sobre una explosión en la estación de Atocha se produjo en el Centro de Emergencias del 112 a las 7:37 minutos de la mañana del jueves 11 de marzo. No cabía duda de que el suceso era de grandes dimensiones y que podía haber numerosos heridos. El vicepresidente de la Comunidad de Madrid y consejero de Justicia e Interior, Alfredo Prada, explica que esa mañana, rompiendo la fórmula tradicional de darle aviso de los sucesos importantes a través de un mensaje en el móvil, el gerente del Centro de Emergencias 112, le llamó directamente por teléfono para ponerle al corriente de la situación. Todos los servicios de emergencia y seguridad ciudadana estaban ya alerta y preparados para intervenir. El siguiente paso fue entrar en comunicación con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, quien decidió visitar la estación de Atocha en primer lugar, acompañada de Alfredo Prada, para conocer sobre el terreno cuál era la magnitud de los atentados.
Ante la gravedad de la situación la Comunidad de Madrid decidió activar el nivel 2 de alerta del protocolo de actuación Platercam. Poco después y en coordinación con el ministerio del Interior el grado de activación pasó a nivel 3, el máximo que se puede establecer. Para esos momentos ya eran miles los miembros de los servicios de emergencias y seguridad que se habían desplazado a los cuatro focos del atentado masivo que asoló Madrid. Bomberos de la Comunidad y del Ayuntamiento, Policía Local, Nacional, Guardia Civil, Protección Civil, los servicios de emergencias sanitarias de la Comunidad (SUMMA), del Ayuntamiento (SAMUR), Cruz Roja y las urgencias de los hospitales se volcaron sobre la atención a los heridos y la seguridad de las zonas de los atentados. Todos ellos bajo un mando coordinado que se estableció en la sede del 112 situada en Pozuelo, donde se estableció un Comité de Crisis, desde donde se tomaron las decisiones minuto a minuto, en tiempo real, gracias a que en el inmueble están representados todos los organismos implicados en las emergencias.
Según sus responsables, el gran éxito del 112 está en que todo organismo que tenga que participar en la gestión de la crisis, tenga representación in situ en el propio edificio para que todas las decisiones sean a tiempo real. Además, en el propio seno del Gobierno de la Comunidad de Madrid se constituyó un gabinete de crisis presidido por Esperanza Aguirre, desde el que se coordinaron las consejerías de Justicia, Sanidad, Transportes, Educación y Servicios Sociales.
El 112 también se ocupó de facilitar toda la información. Tras una primera reunión con el ministro del Interior se acordó que en el 112 también centralizara toda la información relativa a víctimas, fallecidos, heridos e ingresos hospitalarios. Las personas afectadas pudieron así tener información puntual y directa de cada uno de los hospitales y del pabellón 6 de Ifema, donde se estableció un tanatorio de campaña. La idea de escoger este recinto ferial partió de la Delegación de Gobierno y del Ayuntamiento de Madrid. El espacio reunía la amplitud, personal y equipación suficientes: una nave vacía pero con conexiones y servicios, y con una nave anexa con despachos y salas, que albergó a unas 4.000 personas. La actuación del 112 en el 11-M ratificó a este centro coordinador de emergencias como uno de los mejores el mundo.
En dos días y medio se recibieron 40.000 llamadas telefónicas y más de 13 millones de enlaces a la página web de la Comunidad de Madrid. Además, se estableció un teléfono 900 en colaboracuión con la Cruz Roja, para las llamadas desde fuera de Madrid. En esa fatídica jornada, el teléfono único de emergencias recibió 22.000 llamadas llamadas, es decir, se triplicó la actividad de un día normal, y todas ellos estuvieron relacionadas con el atentado. Mención especial merecen también las urgencias de los hospitales madrileños que recibieron heridos de los atentados. Todo el personal médico y de enfermería acudieron a las urgencias y se dió el alta médica a enfermos menos graves hospitalizados para dejar camas a las víctimas de los atentados. La coordinación en cada centro fue decisiva para dar la mejor atención así como la colaboración de los profesionales médicos.
Otra de las claves de la coordinación ese 11 de marzo fue la colaboración de los jueces de Madrid con los de la Audiencia Nacional. Los jueces de Plaza de Castilla cerraron su actividad ordinaria y se pudieron a disposición de la Audiencia constituyendo dos equipos de ayuda para el levantamiento de los cadáveres. Por su parte, los forenses en un tiempo récord de apenas doce horas realizaron las 140 primeras autopsias. Y los propios abogados se ofrecieron desde el primer momento a las personas extranjeras para asesorarles sobre cuáles eran sus derechos y qué podían hacer en momentos de angustia.