Este jueves ha sido un día histórico para Madrid porque se han tomado por primera vez medidas activas contra un episodio de alta contaminación, pero se ha aplicado el protocolo del Gobierno de Ana Botella. ¿Qué valoración hacen?Hay que aplicar medidas e, incluso, más que ahora, porque hay que valorar que había estaciones de medición de la contaminación con niveles muy altos, excesivos. Para nosotros es fundamental que el protocolo sea más preventivo, se anticipe más y empecemos a movernos no cuando se superan los valores límites (200 microgramos de NO2 por metro cúbico), sino en 180, porque es necesario. Nos tenemos que poner en la calve de la prevención. En la medida en que nos familiaricemos con los datos y la situación, veremos que es necesario.
Ha comentado que hay muchas alegaciones al protocolo para episodios de alta contaminación que quieren aprobar y que todas son pidiendo menos exigencia. ¿Se van a atender?La mayoría, al menos, sí rebajan la exigencia. Pero yo sigo convencida de que era un buen planteamiento, con independencia de evaluar alguna de las medidas que pudieran suponer más impacto. Vamos a tener que modificar algunas, como la excepción de las motos, como se aprobó en pleno en la otra dirección. La parte positiva es que, según se vaya evaluando, se verán distintas respuestas. Las alegaciones tienden a rebajar, pero en mi humilde opinión la situación tiende a empeorar.
Una de las opciones es que el transporte público pueda ser gratuito en los días con más contaminación, pero teniendo en cuenta las tensiones que hay el Consorcio Regional de Transportes, ¿se va a poder llegar a esa meta?Estamos todavía en periodo de alegaciones y hasta el último momento, cuando se analicen todas, no me quisiera adelantar. Se plantea una redacción más tendente a fomentar que a la gratuidad. Otra cuestión es que vamos a intentar que en los niveles altos y muy altos esa medida se tenga en cuenta y se mantenga.
Los ciudadanos no han dejado el coche en casa. Este viernes puede que haya muchos que no se hayan enterado de la prohibición de aparcar en el SER. ¿Se les va a multar igualmente?La medida fundamental era la reducción de la velocidad media y se ha conseguido. Y a partir de mañana, ampliamos el transporte público. En todo caso, un protocolo es una actuación en momentos de excepcionalidad y lo importante son las medidas estructurales para que los niveles apuradísimos que tiene esta ciudad bajen. El protocolo y otras medidas van a ir creando una cultura de intermodalidad, de cambiar más de modo de transporte, utilizar el vehículo privado con criterio, compartir más, que haya menos casos de 'una persona un coche'. Quizá todo el protocolo, aparte de prevenir y tener en cuenta la salud pública, también tiene un componente de ir acostumbrándonos a que la calidad de aire en nuestra ciudad es mala y que tenemos que poner eso en el centro del debate.
Este viernes probablemente se pase al siguiente escenario que es no poder aparcar en el SER. Primero, ¿cómo se va a hacer para que el mensaje llegue a todo el mundo y cuando lleguen al centro qué van a encontrar en los parquímetros?El sistema por el que hemos optado permite que no funcionen los parquímetros y no se pueda sacar tique. Habrá un aviso de que no se puede aparcar si no se es residente en esa zona. Queremos actuar con una cierta pedagogía en la aplicación del protocolo, no con una intención recaudatoria. Creo que las medidas disuasorias en este país funcionan y van consolidando que la gente entienda que no se puede hacer una cosa.
Si la gente aparca, ¿se les va a multar? ¿Habrá excepciones?En los primeros días, será un sistema más aleatorio y preventivo de avisar que no se puede aparcar que si actúas en una zona consolidada. Pero, por ejemplo, en el área de prioridad residencial de Ópera, un porcentaje altísimo, superior al 85 por cien, entra perfectamente identificado. A veces tenemos una sensación de que la gente se entera menos de lo que se entera. O entendemos que estamos llegando a unos niveles que afectan a la salud pública, además de estar a las puertas de una sanción europea, y que tenemos que colaborar todos, o solo con la actuación policial no resuelves un problema que es más complejo. Por ejemplo, si llegamos a los niveles de alerta y se cierra a matrículas pares o impares tendríamos que poner a mucha policía acordonando la ciudad… las cosas no son así. La gente va entendiendo el funcionamiento de una ciudad en alerta.
¿Qué previsiones hay de la evolución de la contaminación por la previsión meteorológica y por el efecto de las medidas que se están tomando?Mi previsión no es buena, esta tarde no van a caer los valores porque la ciudad tiene una mala base, tiene unos niveles muy altos y una situación climatológica adversa. En un día no se resuelve. Seguramente, cuando se acerque el fin de semana o haya un poco de ventilación es posible que resolvamos este episodio, pero no habremos resuelto el problema. Por eso no hablamos solo de los protocolos sino del plan de calidad del aire, por eso las medidas estructurales, las áreas de prioridad residencial, las peatonalizaciones, el cierre por algún tiempo son medidas que se podrán entender o no...
¿Qué restricciones al tráfico va a haber en ese plan de calidad del aire?Sobre todo, la continuidad de las zonas de prioridad residencial. No está determinado todavía en qué zonas, pero ir completando los distintos barrios del distrito centro.
Para que las medidas que llevan aplicándose hace tiempo funcionen tiene que haber medidas que supongan un salto importante en su aplicación...Yo creo que la renovación de la flota de la EMT y los servicios de limpieza, el plan director ciclista, y la mejora del transporte público siguen siendo las medidas básicas. Es verdad que es momento de tomar medidas más contundentes, pero también es verdad que es un proyecto de legislatura. Hay que hacer un plan mejor de carga y descarga, de desplazamiento a los centros de trabajo... y todo esto lleva una planificación. Hay que desandar cosas, pero hay cosas que no se pueden hacer. Por ejemplo, los aparcamientos con muchas plazas de la zona norte que fomentan los desplazamientos en vehículo privado. Hay cosas que no se pueden resolver.
¿Veremos todo el distrito Centro como área de prioridad residencial?Es la tendencia. No creo que sea demasiado. Otra cuestión es que es verdad que estos procesos están ya contemplados en Plan de Movilidad Urbana Sostenible, ya se había trabajado en la Mesa de Movilidad. Es una demanda vecinal importante, pero requieren una planificación estratégica y hablar con todo el mundo.
Para absorber una mayor demanda de usuarios del transporte público se necesita coordinación con el resto de Administraciones. ¿Cómo van las diferencias entre la Comunidad y el Ayuntamiento por la EMT?Buscamos el cumplimiento del marco jurídico que nos ha relacionado siempre, que es el convenio de adhesión, donde lo que se plantea es un reparto del 50 por ciento en los gastos de explotación y las inversiones de la EMT. A Madrid le interesa que funcione todo el transporte colectivo, como a la Comunidad de Madrid. Estamos dispuestos a hablar de todo lo que sea necesario, pero sabiendo que hay un marco que ha regulado siempre. Esto es un consorcio. Es importante que mantenga una independencia, una autonomía y una capacidad de planificación al margen de las inmediateces electorales de cada cual.
¿Qué papel va a jugar el Metro en esa negociación?Para empezar, el planteamiento que se hizo en 2011 o 2012 de 'quien paga manda', que lo hizo alguien muy conocido, se basa en separar la gestión y que el metro dependiera en su totalidad de la Comunidad. Yo ya en aquel momento pensé que representaba un cierto desequilibrio y una ruptura de la filosofía del consorcio, que tiene que jugar con todas las entidades. Para nosotros, conseguir hablar del metro también es importante, pero la primera prioridad es resolver 2016, la viabilidad del transporte público en un acuerdo justo y un marco jurídico estable con Metro, EMT, Cercanías...
¿Están contentos con el apoyo del resto de Administraciones a este problema en concreto de la contaminación? ¿Puede la Comunidad frustrar la intención del Ayuntamiento de cambiar la movilidad? Ante un episodio de altísima contaminación... Hay cosas ante las que hay que actuar y no tienen vuelta atrás. Yo prefiero la colaboración a la confrontación o la pelea y trabajaremos en esa dirección. Pero yo creo que la aplicación de protocolos para reducir estos episodios y las medidas estructurales para cambiar estratégicamente la ciudad no tienen vuelta atrás. ¿Hacia dónde miramos? Miramos a las ciudades de nuestro entorno. Ya no solo depende de quién se relacione bien con quién, sino de una visión compartida que tiene principios orientadores europeos. Tendrá que haber una ley de movilidad sostenible con carácter autonómico. Incluso las recomendaciones europeas lo piden. Hay que ponerse en la senda de la modernidad y en defensa de la calidad de vida y la salud. Eso requiere un entendimiento tácito de las instituciones.
Se puede llegar al escenario 3. En ese caso, ¿cómo se va a controlar el acceso a la ciudad?En principio, si entramos en el escenario 3, pasaría lo mismo. Controles aleatorios, despliegue informativo, operativos policiales, de movilidad y del SER... Paulatinamente medidas sancionadoras a través de cámaras o lectores de matrículas. Es el horizonte cercano. Esperamos completarlo durante 2016. En cualquier caso, defiendo que las medidas disuasorias funcionan. Se puede compartir el coche o utilizar en esos días o con carácter permanente otros medios de transporte.
¿Hay alguna novedad sobre la posible multa que puede recibir Madrid por incumplir los niveles los últimos cinco años?No. Enviamos el compromiso de que queríamos desarrollar un nuevo plan de calidad del aire y la modificación del protocolo, la ampliación de la APR, las limitaciones de velocidad; la voluntad de tomar medidas en esa dirección.
¿Se puede paralizar la sanción o ya la tenemos ganada?Todavía tienen que leer la contestación al requerimiento y pueden pedir más información. O ir directamente a la sanción.