Uno de los acontecimientos que marcó la primera década del siglo XX en España ocurrió hoy hace 109 años. El histórico y emblemático Teatro de la Zarzuela quedó recudico a cenizas.
Todo comenzó en la madrugada del 8 al 9 de noviembre de 1909. Madrid amanecía con un incendio de tal dimensión que pudo verse desde casi cualquier punto de la ciudad. Las densas columnas de humo y el ascenso de las pavesas hacían saltar la voz de alarma en la capital; en las primeras horas, ningún madrileño supo el dónde y ni el porqué.
La Guardia Civil intervinió. Tumultos de gente corrían tras las maquinarias del servicio de incendios dispuestos a presenciar el siniestro como si de un evento pirotécnico se tratase. Los efectivos policiales acordonaron la calle Jovellanos, donde se situaba el teatro: misterio resuelto.
Rápida propagación
En cuestión de minutos, el fuego alcanzó las casas. Los empleados del Teatro que en el momento se encontraban y los vecinos salieron corriendo lo más rápido posible pidiendo auxilio.
La hoguera se extendió y se movilizaron hasta tres parques de bomberos. Los profesionales desplazados, en un primero momento, trataron de localizar los principales focos y apagarlos. El Teatro de la Zarzuela quedó reducido a escombros. La construcción, producto de los arquitectos Jerónimo de la Gándara y José María Guallart, llevaba en pie tan solo 53 años.
Un año después, la reconstrucción corrió a cargo de Cesáreo Iradier, y en el 1956 se hizo una segunda reforma por parte de Antonio Vallejo y Fernando Ramírez en la que se restó madera, se añadió metal y se eliminó los arcos de la fachada.