Madrid se sitúa en este otoño entre las provincias con más riesgo de lluvia en España, y los vecinos del barrio del Aeropuerto no quieren que las aguas lleguen a sus calles. Por una sencilla razón: se inundan. Además, en el cauce natural del antiguo arroyo de Rejas que atraviesa la localidad, hay edificaciones construidas. El Ayuntamiento de Madrid aseguró que a finales de este mes estaría construido un aliviadero de aguas que evitaría las inundaciones, pero todavía no han comenzado las primeras obras; el Ministerio de Fomento, el Canal de Isabel II y el grupo inmobiliario Clement, cómplices.
Esta cuestión, al igual que muchas otras problemáticas que sufre el barrio del Aeropuerto, no es novedad. Y esta es la noticia. Cada vez que un temporal aterriza con fuerza en Madrid, el barrio, tan cercano a zonas como Alameda de Osuna, Rejas o Canillejas, no es capaz de gestionar el agua como debería y se inunda. Los vecinos temen a las lluvias, y según César Rodríguez Ballesteros de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), la provincia se sitúa entre las más lluviosas en este otoño.
El principal problema que convierte a la localidad en una gran balsa cada vez que hay gota fría en la capital es que no solo soporta 'sus aguas', si no también las de zonas como Alameda o Los Olivos. Le atraviesa de manera transversal el cauce soterrado de un antiguo arroyo con origen en Rejas, y encima de él hay edificados gran cantidad de bloques; el agua, de manera natural, busca su cauce, y al toparse con las construcciones se desborda.
El pobre estado urbanístico en el que se encuentra la zona agrava la situación. El sistema de alcantarillado no da para más: cuando se producen fuertes precipitaciones, las alcantarillas estallan. Las tuberías que alimentan el colector principal de la zona, que nace también en Rejas y actúa en Aeropuerto, llevan más de 20 años con el mismo diámetro a pesar de que el consumo de agua de la época nada tiene que ver con el actual. A uno de enero de 2017, fecha en la que el Ayuntamiento de Madrid hizo públicos los últimos datos poblacionales del distrito de Barajas, en el que se encuentra el barrio,, residían en él cerca de 47.000 personas. Solo Alameda y Aeropuerto suman casi la mitad de población, más de 21.000 habitantes que necesitan de manera inmediata un colector nuevo.
Según informa a Madridiario el Canal de Isabel II, el sistema de canalización de aguas "no es suficiente ante determinados episodios de lluvia". Por ello, estudian la posibilidad de hacer una obra de urgencia que derive caudales en días de lluvia al paso de este por el margen derecho de la A-2, sector que tiene mayor capacidad, pero ni hablar de reforma o sustitución del colector por uno de mejor calidad.
El aliviadero no existe "ni va a existir"
Por suerte, el barrio tiene a un férreo defensor: José Luis Cañabate. Es presidente de la Asociación de Vecinos de Barrio Aeropuerto, y lleva varios años velando por los intereses de la humilde localidad. Recibe a este diario en la sede de la asociación en una mañana gris con amenaza de lluvia, y explica cómo el agua en repetidos fuertes temporales ha llegado a sobrepasar una altura de dos metros y 40 centímetros. "En el bloque 313, los sótanos llegan aproximadamente a dos metros de altura. Ponle que la distancia que más o menos tienes entre piso y piso es de 40 centímetros. El agua ha llegado a inundar cinco centímetros el primer piso", cuenta.
El Ayuntamiento propuso en 2017 construir un aliviadero. Tenía como claro objetivo evitar las inundaciones mientras se iniciaba la obra del nuevo colector que solucionaría el problema de raíz. A día de hoy no han comenzado las obras de ninguno. La construcción del aliviadero conllevaría un levantamiento de tuberías para que las aguas fueran en línea recta por el lateral de la M-22 hasta llegar a Rejas; es decir, para anular el curso del antiguo río que atraviesa el barrio. "Una cosa es lo que se dice y otra es tener que pedir permiso a los propietarios de los terrenos por los que va pasando, porque no es zona municipal, es que se ha construido encima de. A fecha de hoy el aliviadero no existe ni va a existir", afirma Cañabate.
Como añadido y muestra de la necesaria construcción, en la calle de Salinas de Rosío, 33 que limita la localidad con Rejas, se encuentra la Unidad Central Operativa (UCO) de la Dirección General de la Guardia Civil. Esta, en cada gota fría, actúa de dique. "El agua va para abajo, llega aquí y de aquí no pasa, y se empieza a acumular", continúa el presidente de la asociación.
Para que el barrio del Aeropuerto sea independiente en cuanto a la administración de aguas se refiere, se necesitan unos 80 millones de euros. La reurbanización, que incluiría la remodelación y/o sustitución del actual sistema de alcantarillado, tendría un costo de 30, y el nuevo colector, según el Canal de Isabel II, de 45 más. En el Presupuesto General del Ayuntamiento de Madrid de 2017, la cifra de inversión ascendió a casi 644.000 euros. De estos, ninguna partida fue destinada a obras de urbanismo del Barrio del Aeropuerto; en el Presupuesto de este año, la cifra ha descendido en más de un 95 por ciento y tampoco se encuentra inyección económica alguna al barrio.
¿Culpa del Ayuntamiento o de Fomento?
"La inundación es tremenda. En cuestión de muy poco tiempo, el agua sube mucho y muy rápido, y luego tienen que ir los bomberos a sacar agua y es una situación potencialmente peligrosa". Así define Marta Gómez Lahoz en conversación con Madridiario las inundaciones que han sucedido durante su mandato. Para la concejala presidenta del distrito de Barajas por Ahora Madrid, esta cuestión le preocupa "profundamente". Aun así, el gobierno municipal se comprometió a que a finales de este mes de octubre estaría finalizado y en pleno funcionamiento el aliviadero.
La M-22, carretera que pertenece al Ministerio de Fomento, es motivo de disputa. Por uno de sus laterales se construiría el nuevo colector, pero hasta que la calzada no sea de titularidad municipal no se pueden comenzar las obras. Las nuevas tuberías de agua transcurrirían por suelos de Adif y AENA, por lo que "habría que hacer muchas expropiaciones. Es innegable que es un proceso complicado, que va a requerir mucho tiempo hasta que consigamos que sea una realidad", afirma Gómez Lahoz.
El Ayuntamiento, en colaboración con el Canal de Isabel II y con el fin de tomar la 'vía rápida' que supone realizar el aliviadero, ha tratado de hacer un convenio con la empresa propietaria de los terreros en donde se situaría: el grupo inmobiliario Clement. Este convenio solo saldrá adelante si el gobierno municipal resuelve un plan parcial que el grupo está intentando sacar adelante en los barrios aledaños que consiste en cambiar a titularidad municipal un número determinado de calles y parte de la M-22 para que puedan tener un aprovechamiento más fructuoso -realizar construcciones- de unas parcelas situadas en la zona. Según la concejala, este plan nació hace años y está atascado por culpa del PP. "Es muy anterior al mandato de Ahora Madrid, de principios del año 2000".
Un hilo de esperanza para los vecinos
El proyecto de Clement está parado a falta de un informe favorable del Ministerio de Fomento porque, hasta la fecha, no lo aprueba. El motivo es que el Ayuntamiento tiene que ser titular de la zona, pero este considera que no puede serlo sin la aprobación del plan. Un absurdo bucle de reproches que se alarga en el tiempo.
El día seis de noviembre se reúnen el director general de planeamiento del Ayuntamiento de Madrid y su homóloga en Fomento para dar una solución, aunque ni la edil de Ahora Madrid tiene esperanzas en el encuentro. El último recurso entonces, según cuenta Gómez Lahoz, sería declarar al aliviadero de interés público.
"Forzar a los propietarios del suelo [Clement] a que nos dejen construirlo. Yo tengo el compromiso firme de seguir peleando este tema, hemos intentado ir por la vía más cordial posible. Buscaremos otras soluciones pero van a ser más drásticas", añade.