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TAL DÍA COMO HOY

Mariano José de Larra.
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Mariano José de Larra. (Foto: José Gutiérrez de la Vega Dominio Público)

El suicida al que mató el amor y perdonó la Iglesia

Por Javier López Macías
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jlopezmadridiarioes/6/6/18
martes 13 de febrero de 2018, 08:07h
Tal día como hoy hace 181 años, Mariano José de Larra se mató en su casa de Madrid. Fue el suicidio más sonado de la capital, que convirtió al poeta en un héroe romántico.

Por amor. Por amor a España. Por amor y por España. Por lo que fuera, Mariano José de Larra se suicidió. Un hombre que con tres años era capaz de traducir 'La Iliada' del francés al español no fue capaz de superar una ruptura: la que tenía como protagonista a Dolores Armijo.

Todo sucedió el 13 de febrero de 1837 pero la crisis en la que estaba sumida el que fuera escritor, político y periodista empezó años antes. Mariano José de Larra aceptó formar parte, en 1829, de un matrimonio infeliz. A la pronta oposición de sus padres a esas nupcias y a las desavenencias aparecidas entre Larra y su mujer desde el primer momento, se suma la presencia de otra fémina que hizo estallar aquella pareja que tuvo un hijo en 1830 y dos hijas en 1832 y 1834.

Ya casado, Larra comenzó a moverse entre salones y cafés, donde conoció a Dolores Armijo, con quien mantuvo una tormentosa relación. Por aquel entonces, esta mujer ya influyó en sus obras: le escribió poemas que no se llegaron a publicar y basó en su relación el argumento de la novela El doncel de don Enrique el Doliente.

En verano de 1834, Armijo se fue de Madrid y le abandonó. Al mismo tiempo, Larra se separó de su mujer y trató de paliar una crisis interna con diferentes destinos en Europa. Alejándose varios meses pretendía poner fin a una etapa de su vida y respirar nuevos aires: "Yo creía que el viajar me distraería de mis disgustos", les contaba a sus padres en una carta desde Londres.

Su anterior destino fue Lisboa, antes de pasar por Bélgica y quedarse unos meses en París. Así, al volver de Francia, trató de reanudar la relación con Dolores, que por entonces vivía en el sitio donde Larra fue elegido diputado -Ávila-.

Así, la respuesta a esa intención fue la que precipitó su triste final. El 13 de febrero de 1837, Armijo acudió a casa del poeta en Madrid acompañada de su cuñada para rechazar cualquier posibilidad de retomar la relación. Con las dos mujeres ya fuera de su hogar, Larra empuñó un arma y se pegó un tiro.

Cien años después, Antonio Machado definía ese suicidio como "un acto maduro de voluntad y conciencia" y, además del amor, señala a España como posible culpable de aquella pérdida: "Larra se mató porque no pudo encontrar la España que buscaba". En este sentido, también Eduardo Haro Tecglen escribió y tachó a Larra como un mártir "de una sociedad corrompida y estúpida".

Lo curioso es que, sea cual fuere el motivo de su muerte, el escritor no dejaba de ser un suicida aunque la Iglesia lo pasó por alto. Entonces, la institución católica no permitía la presencia de hombres que se mataban a sí mismos en cementerios cristianos, regla que rompieron por las presiones del gobierno liberal de turno y que permitió que José Zorrilla pudiera honrar a su amigo en territorio comanche.

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