El próximo tres de febrero, Marisa Paredes entrará en el selecto club de los galardonados con el Goya de Honor. Un reconocimiento que la actriz se ha labrado a lo largo de las seis décadas de trayectoria que carga a sus espaldas. En un encuentro con la prensa, ha revelado algunas de las curiosidades y anécdotas que ha protagonizado desde que empezara en teatro y televisión hasta convertirse en la musa de Almodovar que público y crítica admiran.
Nacida en la madrileña Plaza de Santa Ana, Marisa Paredes convivió desde la cuna con el mundo del espectáculo a las puertas de su casa. No es de extrañar que la curiosidad por la profesión, que hoy reconoce su trabajo con un Goya de Honor, floreciese a edad temprana. “Desde pequeña tuve bastante claro que este era mi mundo”, ha comentado este viernes en un encuentro con los medios a tan solo una semana de recibir el máximo galardón que otorga la Academia de Cine.
“Quise ser bailarina e incluso cantaora de flamenco, que me encanta, pero al final me decidí por la interpretación”, reconoce. La posibilidad de abstracción que le brindaba meterse en la piel de otros en un periodo convulso fue determinante en esta elección. “Quería huir de una realidad muy dura”, afirma.
De la Marisa Paredes que se dio a conocer al gran público en el mítico 'Estudio 1' a finales de los años 60, queda “el amor a una profesión a la que he entregado mi vida”. Casi seis décadas después de su debut tiene la sensación de no haberse equivocado al elegir el teatro, el cine y la televisión como su hábitat natural. Sin embargo, se queda con la espina de no haber trabajado con Buñuel y Berlanga y se arrepiente de haber dicho “no” a ciertos papeles.
La actriz ha señalado a Almodóvar como el causante de que su carrera tomara un rumbo internacional. “Los personajes femeninos tan rotundos de la filmografía de Pedro y las historias personales que cuenta hacen que hasta Lauren Bacall me confesara que quería trabajar con él”, explica.
Precisamente, la protagonista de ‘La flor de mi secreto’ y ‘Todo sobre mi madre’ se ha referido al escalafón secundario en el que se encuentra la mujer en la industria. “Estamos dando pasos de gigante y es ahora cuando vemos que los personajes femeninos empiezan a tener fuerza”, ha dicho. "La mujer avanza por delante de la sociedad y el cine debe reflejarlo", ha apostillado.
Sobre los escándalos sexuales que han salpicado Hollywood en los últimos meses, la intérprete ha mostrado su respeto por unas compañeras que “han tenido el valor de denunciar y hacer pública una situación humillante diciendo ‘aquí estamos y vamos a defender nuestra autoestima’”.
'Becky del Páramo' en un cabaret parisino, su recuerdo más sorprendente
El director, productor y guionista Mariano Barroso ha sido el encargado de hacer la presentación del evento, donde ha destacado “la capacidad de arriesgar en la elección de los papeles y que estos sean aceptados por el público” como el gran mérito de Marisa Paredes. No solo el público y la crítica nacional se han rendido a su talento, sino que también ha despertado admiración en países como Francia e Italia y en Latinoamérica, donde se puso bajo la batuta de Guillermo del Toro, entre otros.
Con especial alegría recuerda cómo en una visita a París un amigo la invitó a un cabaret en el que hacían un espectáculo con uno de los papeles que había interpretado como protagonista. Allí, “un travesti estaba vestido y gesticulaba igual que Becky del Páramo”, su personaje en ‘Tacones lejanos’. “Escucharle cantar el ‘Piensa en mí’ es uno de los recuerdos más sorprendentes que tengo”, afirma.