La delegada de Medio Ambiente y Movilidad, Inés Sabanés, ha asegurado este lunes que no se da por vencida a la hora de conseguir que el Ayuntamiento de Madrid tenga su propia empresa municipal de servicios ambientales. Sabanés ha arremetido contra las restricciones presupuestarias, impuestas por las limitaciones de la Ley de Estabilidad, que suponen el principal impedimento para la consecución de esta apuesta consistorial.
Inés Sabanés no se da por vencida a la hora de conseguir que el Ayuntamiento de Madrid disponga de su propia empresa de servicios ambientales. Así lo ha declarado la delegada de Medio Ambiente y Movilidad que este lunes, además, informaba de las nuevas medidas para limpiar las calles de Madrid. La edil ha incidido en que la mayoría de las ciudades españolas disponen de "herramientas propias" y ha añadido: "Aquí la herencia recibida fueron todos los servicios con un modelo de gestión privatizado".
Para Sabanés el problema fundamental a la hora de llevar a cabo esta propuesta es el propio Gobierno central y las "limitaciones" que se imponen a través de las regulaciones estatales por las que "se asfixia a los ayuntamientos". En esta línea de pensamiento se ha situado Chema Dávila, portavoz socialista de Medio Ambiente y Movilidad en el Ayuntamiento, que ha dado su “apoyo explícito” a la creación de esta empresa y ha planteado la necesidad de “un cambio en la normativa” en referencia a la Ley de Estabilidad Presupuestaria.
Esta sociedad sería la encargada de gestionar el mantenimiento de los puntos limpios, parques y jardines históricos o la conservación del río Manzanares. La idea lleva meses planeando sobre el Consistorio de Manuela Carmena. En octubre de 2016 ya se planteó la creación de una Empresa Municipal de Servicios Ambientales (EMSA) pero a finales del mes de noviembre el departamento que dirige Cristóbal Montoro echó por tierra este proyecto ante el incumplimiento de la regla de gasto en el ejercicio de 2016.