El Colegio Santa Francisca Javier Cabrini de Madrid acogió el pasado viernes 3 de junio la entrega de trofeos y medallas de los XXXIII Juegos Deportivos de Escuelas Católicas. Una gala que, a pesar de no haber podido recuperar su tradicional celebración por motivo de la pandemia, acogió a un gran número de asistentes que no quisieron perderse una ceremonia marcada por la presencia de dos grandes deportistas nacionales. El jugador de baloncesto Felipe Reyes y la taekwondoka Coral Bistuer fueron los dos encargados de hacer entrega de los galardones a los equipos y jugadores que participaron en la competición.
En esta edición, un total de 80 colegios, 69 afiliados a ECM y 11 no afiliados, han participado en los Juegos Deportivos de Escuelas Católicas a través de 632 equipos que se han formado para ello. En total, 8.216 jóvenes deportistas divididos en 203 equipos de baloncesto, 279 de fútbol sala, y 150 de voleibol. Una competición que, tal y como asegura el responsable de deportes en Escuelas Católicas, Javier Esteban, se trata de “una puerta al exterior”.
“Las entidades que representamos son patronales educativas y asociaciones de religiosos, con lo cual son muy conocidas en el mundo interno educativo. Pero luego, a la hora de que nos conozcan familias, patrocinadores o marcas, la mejor forma es aparecer como competición deportiva. Nuestra imagen exterior se basaría en el deporte. Es un orgullo poder llevar 33 ediciones. Cuesta mucho arrancarla, pero cuesta también mantenerla”, explica.
Desde que en 1989 arrancara la celebración de estos juegos deportivos, la educación y algunos valores como la igualdad se han convertido aspectos básicos a la hora de hablar de la competición. Con el objetivo de evitar desigualdades, en el campeonato se imponen algunas normas como por ejemplo que tan solo puedan participar alumnos que formen parte de los colegios. “Ahí es donde se muestra la igualdad. Hay una competitividad muy sana, sin perder los valores del deporte, y nosotros más como competición católica”, añade Javier.
A pesar de no haber podido recuperar su habitual celebración, desde Escuelas Católicas aseguran que la ceremonia de entrega de premios se trata de un reencuentro con todos los alumnos y de la “guinda final” a una competición en la que los valores y la deportividad se sitúan por encima de la competitividad entre rivales.
“Para nosotros es muy motivador. Es una ocasión que tenemos para estar en contacto directo con los alumnos de los colegios. Es un campeonato que organizamos desde hace ya 30 años. Después de la pandemia que tuvo que suspenderse, poder acogerles es la guinda del campeonato. Se trata de facilitar esa herramienta educativa que hay detrás del deporte y que apoya a los proyectos educativos de los centros”, explica el secretario regional de Escuelas Católicas de Madrid, José Antonio Poveda.

Manuel Puche, premio Fair Play
Cada año, Escuelas Católicas de Madrid hace entrega del premio Fair Play a aquel equipo, entrenador o jugador que haya destacado por el “juego limpio” durante la competición. Un premio que, tal y como explica el secretario regional de Escuelas Católicas de Madrid, José Antonio Poveda, se entrega cada año a aquella persona que haya resaltado durante la competición los valores del compromiso, de la entrega y del esfuerzo. “El premio más grande, al que se le da más valor es el trofeo al Fair Play. Va buscando esa coincienciación de que más allá de un resultado hay cosas más importantes como es el compañerismo o el respeto. Ese premio subraya esa intención”, añade.
En esta edición, este premio ha sido entregado a Manuel Puche, coordinador de fútbol sala del Colegio Obispo Perelló. Durante un partido, el árbitro del encuentro aseguró que el equipo contrario había jugado con trece jugadores y no con doce. Las alegaciones del colegiado hicieron que el Comité de Competición otorgase la victoria al equipo benjamín del Obispo Perelló. Sin embargo, su entrenador, Manuel Puche, informó a la competición que el equipo rival tenía razón, a pesar de saber que sus palabras darían la victoria al equipo contrario. Su acción ha sido galardonada con este Premio Fair Play con el que, además del trofeo, se le hace entrega de un cheque de 1.300 euros para canjear por ropa deportiva de McYadra y de un pack de 20 entradas para el Parque Warner de Madrid, por gentileza del grupo Parques Reunidos.
“El premio para mi es muy importante. En una competición como esta, tal y como entendemos el deporte nosotros y escuelas católicas es el premio mas importante por lo que significa. El detalle por el que dicen que me lo dan es algo simbolico porque creo que cualquier coordinador habría actuado de la misma manera, entendiendo el deporte de una manera educativa y como una herramienta fundamental para los jóvenes. Es un honor, un privilegio y un orgullo que hayan pensado en mí”, añade Manuel Puche.
Tras la entrega de este premio y la actuación del dúo Acrolúa, participantes del programa Got Talent España, Felipe Reyes y Coral Bistuer entregaron los trofeos y medallas a los deportistas.