El éxito de la FP Dual ha llevado a las autoridades educativas a plantearse trasladar esta experiencia a la Universidad y ofrecer títulos oficiales de Grado en esta modalidad. País Vasco y Cataluña ya han dado un primer paso con sus propias experiencias piloto. Ahora, el Ministerio de Educación y Formación Profesional, a través de la Secretaría General de Universidades, estudia la redacción de un Real Decreto que establecería las bases normativas para regular el modelo en el plano nacional. La agencia de acreditación que verificaría estos nuevos títulos en la Comunidad de Madrid es la Fundación para el Conocimiento madri+d.
Según los últimos datos, la tasa de desempleo de los jóvenes menores de 25 años en España se sitúa en el 30,6 por ciento. Esta cifra evidencia la necesidad de reconducir la formación universitaria para que sintonice más con la realidad de un mercado laboral que no puede absorber el exceso de titulados superiores y a la vez demanda personal cualificado en sectores punteros como el tecnológico.

La situación exige una revisión y puesta al día de los contenidos académicos para reorientarlos hacia nuevas salidas laborales y, en paralelo, un cambio de actitud empresarial. La idea es que la formación traspase los límites tradicionales del campus y colonice los centros de trabajo, de manera que convivan dos espacios distintos pero complementarios de aprendizaje. Los alumnos universitarios podrían así familiarizarse con el entorno profesional al que desean encaminarse e incluso encontrar un puesto de trabajo en la empresa donde han adquirido las competencias prácticas una vez concluida su formación.
No solo se beneficiaría el alumnado, sino que las propias empresas podrían enriquecer su plantilla con mano de obra cualificada y adaptada al perfil concreto que necesitan. Por este motivo, se hace necesario modificar la relación entre el proceso de formación de los universitarios y el modelo productivo español para que se guíe por el principio de cooperación. Universidad y empresa deben ser socios de un proyecto formativo con una tutorización compartida en la que tiene que interaccionar.
En este punto, la Formación Profesional Dual puede aportar fórmulas prácticas de éxito basadas en su propio recorrido en España que, junto con la experiencia contrastada de este modelo en países de nuestro entorno, haría más viable el reto. Son varios los países europeos que han priorizado en sus políticas educativas la inserción laboral de la población joven y han apostado por desarrollar este sistema de Formación Dual Universitaria, que se basa en la alternancia de aprendizajes entre el entorno académico y el profesional de manera coordinada para la adquisición de competencias de un alumno que en realidad es un aprendiz que estudia.
De esta manera, su estancia en la empresa no solo le sirve al estudiante para poner en práctica los conocimientos teóricos adquiridos, sino que también le permite experimentar situaciones que le van a enriquecer desde el punto de vista competencial. Quiere decir, por tanto, que el alumno obtendría con su título de Grado Dual el conocimiento académico junto con una sólida experiencia profesional.
En este momento, el Ministerio de Educación y Formación Profesional se está planteando promover la inclusión de títulos oficiales de Grado en la modalidad dual en el marco de la enseñanza universitaria. Para ello, valora la redacción de un Real Decreto que siente las bases regulatorias para ese tipo de formación. País Vasco y Cataluña se han adelantado y se han convertido en las regiones pioneras en apostar por la Formación Dual Superior.
En las universidades madrileñas no ha surgido ninguna iniciativa en este sentido, aunque la Fundación para el Conocimiento madri+d, como agencia verificadora en la región, se muestra abierta a considerar la homologación de los posibles títulos que surjan cuando se concluya la reglamentación estatal oportuna. El objetivo final es que esos futuros Grados Duales también rindan cuentas y garanticen que reúnen la suficiente calidad como para integrar la oferta formativa igual que el resto de educación universitaria tradicional.
La acreditación de madri+d
La Fundación para el Conocimiento madri+d es una institución dependiente de la Consejería de Ciencia, Universidades e Investigación de la Comunidad de Madrid que trata de contribuir a la calidad de la Educación Superior, la ciencia, la tecnología y la innovación como elementos clave de la competitividad y el bienestar de los ciudadanos. Entre sus labores figura también fomentar la cooperación entre los campos educativo, científico e industrial.

Puesta en marcha en 2002 por la Comunidad de Madrid para gestionar el Plan Regional de Investigación Científica e Innovación Tecnológica, madri+d fue designada en 2014 órgano competente para la evaluación del sistema universitario madrileño de cara a garantizar la calidad de los programas formativos de las universidades de la región.
En madri+d trabajan con la totalidad de las universidades y organismos públicos de investigación de la Comunidad de Madrid, así como con empresas y emprendedores de base tecnológica de Madrid, con el objetivo de contribuir a articular un ecosistema regional innovador basado en el conocimiento eficiente e integrado en la Unión Europea.
Como agencia certificadora, la Fundación desempeña la misión de evaluar la calidad de la Educación Superior mediante informes que permiten acreditar las distintas titulaciones presentes en la oferta educativa y otorgarles su certificación conforme a procedimientos objetivos y procesos transparentes, acordes con el marco español, europeo e internacional. Su cometido es esencialmente técnico, dado que su papel consiste en fundamentar las decisiones que debe adoptar el Consejo de Universidades, que es el órgano que emite la resolución de verificación o modificación.
Aunque la legislación reconoce la autonomía de las universidades en el diseño de los títulos que imparten, establece también un sistema de verificación y acreditación de estas enseñanzas para asegurar su calidad y mejorar la información que la sociedad recibe sobre la oferta universitaria. Así, mediante este trámite que en la Comunidad de Madrid realiza madri+d, la formación que imparten estas instituciones consigue su carácter oficial.
La verificación determina si un proyecto de título oficial cumple con lo establecido en el ordenamiento sobre las enseñanzas universitarias oficiales. Hasta el momento, la supervisión de este organismo abarca los títulos de Grado, Máster y Doctorado. En el caso de que se avanzara en la implantación de un sistema dual universitario en la región, madri+d controlaría esos títulos al mismo nivel que el resto de titulaciones que se imparten en las universidades madrileñas. Madri+d, como institución preocupada por la formación universitaria, sigue muy de cerca las dos experiencias en el territorio español que sirven de inspiración a las instituciones educativas que se plantean impulsar el modelo dual: el vasco y el catalán.
El modelo vasco
A mediados de 2016, con una tasa de paro que rondaba el 14 por ciento, la Universidad del País Vasco vio la necesidad de actuar para contribuir a elevar la empleabilidad de sus alumnos de grado y posgrado a través del impulso de algunas competencias transversales. En el horizonte estaba el desarrollo de la Formación Dual universitaria.
Como precedente ya contaban con la Escuela Universitaria de Ingeniería Dual del Instituto Máquina Herramienta, en Elgoibar, centro adscrito a la Universidad del País Vasco en cuyo Grado de Innovación de Procesos y Productos se había implantado un modelo dual.

Sin embargo, imitar ese modelo requería una profunda adaptación de los centros interesados. De modo que, en diciembre de 2016, la UPV organizó la jornada La Formación Dual en la Enseñanza Universitaria: análisis de las experiencias europeas, donde se profundizó en los modelos de Austria, Francia y Alemania, a la vez que se puso sobre la mesa la postura que sobre este modelo formativo defendían el Gobierno Vasco y la Agencia de Calidad del Sistema Universitario Vasco (Unibasq).
Poco a poco, y tras estrechar la colaboración con la Comisión Europea y el Ejecutivo de Euskadi, pusieron los cimientos para la Primera Estrategia Vasca Universidad-Empresa 2022, aprobada por el Gobierno Vasco en junio de 2017 y cuyos principales objetivos eran, primero, crear y transferir conocimiento ligado a la excelencia científica y a su aplicación en el ámbito empresarial y, segundo, formar capital humano con altas capacidades y con una componente aplicada y adaptada a necesidades del ámbito empresarial.
En este eje Universidad + Empresa se incide en la necesidad de que las universidades pongan en marcha un modelo de Formación Dual basado en una cooperación más intensa con los agentes económicos y sociales. Y entre las actuaciones encaminadas a ese objetivo surge como principal elemento el protocolo para el reconocimiento de esas titulaciones con mención dual.

El sistema empleado en el País Vasco implica introducir a un agente externo especializado en la materia en el proceso de reconocimiento de los títulos de Formación Dual: la Agencia de Calidad del Sistema Universitario Vasco (Unibasq). Se trata del primer organismo del Estado que ofrece este servicio siguiendo las directrices de un protocolo que marca una serie de requisitos, relacionados con criterios y estándares de calidad, que debe cumplir un centro universitario para que su titulación oficial de Grado y de Máster consiga la acreditación:
- Especificar la relación de empresas e instituciones donde el alumnado realizará sus estancias.
- Detallar el número de créditos vinculados a la Formación Dual, que debe ser de entre un 25 y un 50 por ciento en el caso de cada Grado y de un mínimo del 40 por ciento en el del Máster, siendo requisito indispensable que el trabajo final se desarrolle en colaboración con una entidad externa.
- Explicitar el grado de participación de las entidades e instituciones en materia de diseño y seguimiento de la titulación o del itinerario dual.
- Explicar qué competencias de la titulación o del itinerario se desarrollan en la entidad y qué otras en el aula y cómo se adquirirán tales competencias.
- Indicar cuál es el vínculo jurídico que se establece entre los alumnos y la entidad o institución en la que se desarrollará la acción formativa.
En 2018, el Gobierno vasco aprobó las primeras titulaciones duales que entraron en vigor en el curso 2018/19 en las universidades vascas según el sistema de certificación de Unibasq para la Formación Dual. La Universidad de Mondragón, con 15 títulos acreditados, todos los que había presentado para obtener el sello oficial, se convirtió en la institución educativa superior con más titulaciones duales en su oferta.

Su trayectoria en este tipo de formación se remonta a 1966, con la creación de Alecop desde la Escuela Politécnica Superior de Mondragón, cooperativa formada en su mayoría por estudiantes pertenecientes a los centros que integran en la actualidad dicha Universidad. Este reconocimiento avalaba la experiencia acumulada por el citado centro en torno a la modalidad dual, antes llamada alternancia estudio-trabajo, que durante 50 años ha permitido a sus estudiantes combinar periodos en el centro formativo con estancias remuneradas en la empresa y que ha convertido a la universidad vasca en pionera a la hora de aplicar este tipo de modelo.
Los resultados alcanzados por esta universidad demuestran el éxito del modelo: el 80 por ciento de su alumnado del modelo dual continuó trabajando en la empresa al terminar sus estudios. La rectora de la Universidad del País Vasco, Nekane Balluerka, como impulsora de este sistema, destaca algunos retos para que este modelo avance:
- La aprobación de un marco legal común para la Formación Dual universitaria. En la actualidad, solo el País Vasco dispone de un protocolo para reconocer la mención dual en una titulación universitaria oficial. Todas las comunidades autónomas que aspiran a ofertar títulos universitarios duales deberían aplicar los mismos criterios y en las mismas condiciones, lo que aumentaría la credibilidad del conjunto del sistema universitario.
- Debe ser una agencia de evaluación externa, independiente y de carácter público la que reconozca los títulos de este tipo. Si no, podrían surgir muchas propuestas con el sello de Dual sin garantías de cumplir los requisitos.
- Tendría que definirse un tipo de contrato específico para las personas que eligen esta modalidad formativa. Con unas garantías jurídicas, las empresas que son reticentes a participar se animarían y los alumnos desmotivados verían justificado su esfuerzo si hubiera una compensación económica como ocurre con el trabajo en prácticas.
- Por último, debe articularse un sistema para acreditar a las personas encargadas de tutelar a los alumnos durante su formación práctica en las empresas e instituciones.
El modelo catalán
La otra experiencia universitaria dual que da sus primeros pasos en el territorio español la encontramos en la Universidad de Lleida. En 1997, en esta institución educativa solo hacían prácticas los alumnos de Ingeniería Industrial. En 2004, sus responsables decidieron incorporar las prácticas obligatorias en el título de Ingeniería Informática y cinco años después las extendieron a todos los Grados para que los alumnos pusieran en práctica lo aprendido en instituciones y empresas. No fue hasta 2011 cuando la Formación Dual propiamente dicha fue introducida en su oferta.
Previamente, sus impulsores analizaron a fondo el modelo francés y la única experiencia previa en España, el caso de la citada Escuela de Ingeniería del Instituto Máquina Herramienta de Elgoibar, en el País Vasco. De ahí surgió una tesis doctoral, escrita por Jorgina Roure, que abordaba la profesionalización de la Educación Superior a través de la Formación Dual. Ello fue lo que sentó las bases del proyecto.

El primer Grado en el que se implantó fue en el de Educación Primaria. En la actualidad se pueden cursar en esta modalidad un par de grados y varios másteres. El responsable del proyecto para la formación dual en Lleida, delegado del rector para el Campus de Igualada, Ferrán Badía, explica que ellos buscaban un modelo alternativo que complementara el ya existente para determinados tipos de formaciones. Dado que la Universidad del futuro debe ir unida al mundo laboral, el proyecto de la Universidad de Lleida entiende este sistema como un modelo de formación basado en la integración de los aprendizajes adquiridos en dos entornos igual de importantes, el académico y el profesional, que actúan de manera coordinada.
Así, el estudiante matriculado en el Grado o Máster se convierte en un trabajador en formación, no en prácticas. Es decir, alguien que aprende gracias al desarrollo de unas actividades programadas de forma específica en la empresa y, a la vez, sigue una formación académica en la universidad. Se trata de una persona con un contrato de trabajo que forma parte de la empresa como cualquier otro trabajador, aunque sea novel.
Además, dispone de una doble tutoría: académica y en la empresa o institución, para garantizar la adquisición de las competencias profesionales y académicas planificadas de manera conjunta en la titulación. Tanto la universidad como las propias empresas procuran que los tutores de empresa sean los profesionales más capacitados para desarrollar esta labor, mientras que el tutor académico es un docente que supervisa las actividades del estudiante y actúa de puente entre la empresa y la universidad.
A lo largo de la formación, se programan reuniones periódicas entre ambos para valorar el progreso del estudiante y establecer las acciones necesarias para su formación. Esta cooperación es un factor clave para asegurar la calidad de la enseñanza.
Según el informe “Promoción y desarrollo de la formación dual en el sistema universitario catalán”, elaborado por la Asociación Catalana de Universidades Públicas Universitat de Lleida, la experiencia en formación dual de otros países, como Alemania o Francia, nos puede servir de modelo, pero no de patrón, a la hora de pensar en el sistema de Formación Dual en la educación superior que necesita nuestro país. Aclara que no se trata de transferir ninguno de los dos modelos sucintamente presentados, sino de considerar las condiciones generales existentes y orientar la formación dual de acuerdo con las características educativas, sociales y económicas particulares del país.

Según el secretario ejecutivo de esa Asociación, Josep M. Vilalta, en el ámbito universitario catalán se han puesto en marcha, además, otras iniciativas de formación híbrida que, sin denominarse estrictamente duales, presentan grandes concomitancias. Una de ellas es el Plan de Doctorados Industriales de la Generalitat de Catalunya y las universidades catalanas, en el que se promueve el desarrollo de tesis doctorales en colaboración entre empresas/instituciones y departamentos universitarios, con una doble tutoría y con financiación compartida entre empresas, universidades y gobierno autónomo.
La Agencia para la Calidad del Sistema Universitario de Cataluña (AQU) es el organismo con atribuciones legales y competencia técnica para emitir los informes previos de evaluación para la verificación de enseñanzas oficiales en Cataluña. Es la que evalúa las propuestas de nuevas titulaciones oficiales y emite un informe vinculante para el Consejo de Universidades, que es el órgano responsable de la verificación. Una vez la titulación se ha verificado, la Generalitat de Catalunya debe autorizarla para que se pueda implantar, de acuerdo con los criterios de programación que establezca y la disponibilidad de financiación.
Finalmente, el Consejo de Ministros establece el carácter oficial de los títulos universitarios y ordena su inclusión en el Registro de Universidades, Centros y Títulos.
Propuestas de futuro
La otra pata fundamental de este sistema, las empresas, tomaban la palabra sobre este asunto en el documento Propuestas para la Educación del siglo xxi, elaborado por Multinacionales por marca España, en el que se analiza en profundidad la situación de la Educación en nuestro país y las propuestas de esta asociación en relación con la necesaria reforma del sistema educativo. En concreto, sobre la formación dual proponen las siguientes medidas:
- Promover la formación dual en la FP y en grados y másteres universitarios que combinen experiencia laboral con formación para el trabajador.
- El impulso de la formación dual por su contenido práctico mejoraría la empleabilidad de los jóvenes y contribuiría a bajar nuestra elevada tasa de desempleo juvenil.
- Definir un marco regulatorio común en todas las CCAA para facilitar la formación dual en grandes empresas, garantizando la aplicación de criterios de calidad en las empresas formadoras, flexibilidad en su aplicación, selección de los candidatos por parte de las empresas, salario del aprendiz, etc.
- Facilitar la implantación de la formación dual en pequeñas y medianas empresas con medidas de apoyo (económicas, de asesoramiento, de flexibilidad, etc.) para aquellas que carezcan de la infraestructura y recursos necesarios para adoptarla (centros compartidos de formación).
- La formación profesional debe ser reformada y promovida como una opción válida para que los jóvenes ingresen en el mercado laboral.
- Ampliar la oferta educativa de formación profesional de grado medio, tanto en número de titulaciones por familia profesional como en número de plazas, para llegar a homologar su implantación a la de los países europeos de referencia.
- Incrementar el papel del mundo empresarial en la ordenación de la formación profesional para adaptar la oferta formativa.
- Agilizar el proceso de actualización del mapa de cualificaciones, títulos de formación profesional y certificados de profesionalidad, de modo que constituyan una oferta real y acorde con las ofertas y necesidades de futuro del mercado del trabajo.
El hecho de que en este momento España carezca de una legislación que regule la Formación Dual en el ámbito de la Universidad dificulta y encarece la creación de este tipo de proyectos.

Las Multinacionales por Marca España ven necesario crear espacios de encuentro entre la universidad y la empresa donde el alumnado se forme para poder establecer de forma legal unos vínculos coherentes entre ambas partes. Asimismo, creen que la tradicional carga teórica de la universidad se sitúa en el polo opuesto de una formación profesional y estiman necesario que ambas se sincronicen, sabiendo de antemano que reintegrar y sincronizar el mundo laboral y el mundo formativo representa un reto tanto para la formulación de políticas públicas como para la Educación Superior o la propia industria.
Los empresarios auguran en este documento que si no se actúa así, seguiremos asistiendo a un desajuste entre las necesidades reales de cualificaciones y los programas académicos vigentes y, por extensión, a las mismas elevadas tasas de desempleo juvenil.
