La recuperación parece estar más cerca y el grifo de la financiación comienza a abrirse lentamente. Esta realidad ya va teniendo su reflejo en las empresas, que tras un largo periodo de contención presupuestaria se plantean reanudar sus inversiones. Tanto es así que las empresas aumentarán su flota previsiblemente un 10% en los próximos tres años, según revela la última edición del Observatorio del Vehículo de Empresa (CVO) promovido por Arval, compañía de movilidad de BNP Paribas.
De esta forma, el estudio, realizado entre más de 4.500
gestores de flotas de pymes y grandes empresas de dieciséis países para
determinar las tendencias actuales y futuras del vehículo de empresa, muestra
cómo la recuperación de los indicadores macroeconómicos llevará al 22% de las
grandes corporaciones a aumentar su flota de aquí a 2017, mientras que el
pasado año sólo el 2% respaldaba esta tendencia. Durante 2013 más de la mitad
de las grandes empresas congelaron su flota, lastrando las matriculaciones en
este canal, que cerró el ejercicio con una caída superior al 15%.
Curiosamente, España se sitúa a la cabeza de Europa en
expectativas de crecimiento, donde sólo el 12% de las grandes empresas habla de
incremento en los próximos tres años. Así, y a tenor del retraso de los últimos
años, nuestro país se convertirá en la locomotora de la Eurozona. El eje
franco-alemán, en línea con la media europea, se mostrará mucho más comedido en
la inversión.
Sin embargo, el clima de optimismo moderado de las grandes
corporaciones no llega todavía a las pymes españolas, que siguen mostrándose
extremadamente cautas en sus inversiones hasta que la mejora de los indicadores
macro sean palpables en su día a día. De esta forma, el 2% considera que su
flota descenderá en los próximos tres años, en contraste con la percepción en
Europa donde un 6% apuesta por un crecimiento de su parque corporativo hasta
2017.
Esta tendencia evidencia una manifiesta falta de interés de
las pymes por los vehículos de empresa, con independencia del método de
financiación al que recurran. De hecho, más de la tercera parte (38%) considera
que estamos ante una partida poco estratégica para su actividad, frente al 8%
de pymes que el pasado año otorgaban al parque corporativo un papel menos
relevante en el desarrollo de su negocio.
Entre las grandes empresas, usuarias históricas del renting,
se observa una predisposición clara hacia este método de financiación. De esta
forma, el renting, que utilizan hoy por hoy más de seis de cada diez, crecerá
un 29% de aquí a 2017 (más del doble que en Europa), contribuyendo a la
recuperación de un sector que tras 21 trimestres de caídas consecutivas,
comienza a despegar con un crecimiento previsto del 1% para este año.
También según el CVO, la entrada del renting en los actuales
programas de incentivo impulsaría el crecimiento de otros métodos de
financiación, lo que contribuiría a su vez a aumentar el parque de empresa.
Además, el 41% de las compañías españolas (frente al 24% del año pasado) es
partidaria de hacer extensivas las ayudas tanto a nuevos como a usados de hasta
cinco años para facilitar el cambio por vehículos "adolescentes", bien
mantenidos y seguros pero a precios más asequibles.
Según el director del Observatorio del Vehículo de Empresa
(CVO), Alejandro Madrigal, "la compra directa es la única fórmula que goza de
incentivos, lo que limita el acceso a un vehículo en igualdad de condiciones
que otros métodos de financiación. Es verdad que el recientemente aprobado Plan
Movele apoya la adquisición de eléctricos por renting, pero no estamos todavía
ante una opción popular de movilidad. Habrá que esperar a nuevas ediciones del
PIVE para ver si finalmente se promueve el coche de empresa mediante alquiler
sin limitarse a tecnologías alternativas".
El aumento de los beneficios fiscales para los vehículos
corporativos gana también enteros con respecto al año pasado. Concretamente, una
cuarta parte de las empresas (frente al 15% del año pasado) apoya medidas como
la supresión del Impuesto de Matriculación, una petición que las principales
patronales del automóvil ya han puesto sobre la mesa del Gobierno, con el
objetivo de generar una demanda adicional de más de 25.000 unidades.
Otro de los retos para conseguir que el vehículo de empresa tenga
mayor presencia en nuestras carreteras es articular una fiscalidad más
favorable para el coche de incentivo. La tributación actual imputa el 20% de su
valor en el IRPF del empleado, lo que muchas veces resulta poco motivador para
las plantillas. Esto explica que el 81% de las empresas implantadas en España
no se plantee a día de hoy fomentar el uso privado de la flota.
Por otro lado, el CVO revela que un mayor apoyo público al
vehículo eficiente también resultaría eficaz para animar las inversiones en
flotas. Concretamente, el 32% de las compañías consultadas, dos puntos más que
el año pasado, considera prioritario incentivar a aquellas que, concienciadas
con una movilidad sostenible, apuesten por un volumen mínimo de modelos de bajo
consumo dentro de su car policy. De esta forma, al promover turismos de menor
tamaño y motorización entre las empresas "downsizing" se ayudaría a combatir el
gasto del combustible, reconocido por el 55%, frente al 40% del 2013, como uno
de los principales obstáculos para el crecimiento del parque corporativo. En la
actualidad, el gasto en combustible representa el 28% del coste total del
vehículo.
Por último, esta nueva edición del informe promovido por
Arval pone de manifiesto cómo la propia gestión de la flota también se adapta a
un nuevo contexto, donde mejorar el uso de los coches ha pasado a ser una
prioridad. Por esta razón, como el 85% de las empresas españolas, muy por
encima de la media europea (61%), ha centralizado los trámites administrativos
de la movilidad de sus empleados, crece el interés por soluciones tecnológicas
ad hoc que hagan la operativa más eficaz.
De esta forma, herramientas telemáticas que permitan
controlar cómodamente los gastos que suponen los desplazamientos (14%) o
elaborar automáticamente análisis sobre los diferentes trayectos (13%) no pasan
desapercibidas entre las empresas, que incluso se plantean implementar una
intranet para la gestión de las reservas de los viajes de trabajo (5%) en lugar
de recurrir a los tradicionales buscadores.
Según Madrigal, "esta tendencia responde a nuevos hábitos
adquiridos en estos pasados años. El gasto en movilidad se empieza a entender
como un todo, donde entran en juego las nuevas tecnologías, los transportes
alternativos, los vehículos de flota, etc. Herramientas que faciliten la
movilidad integral de los usuarios de una empresa y permitan a un gestor
entender y medir el coste total de movilidad surgieron ya hace años en países
del norte de Europa y ahora empiezan a ser de interés también en España".