Tal día como hoy fallecía el polifacético Fermín Caballero, escritor, geógrafo o periodista. Sin embargo, la faceta que más se recuerda de él es en la política. Fue alcalde de Madrid, ejerció como redactor jefe y director, primero del 'Boletín del comercio' y después en 'Eco del comercio' y dedicó su vida a ensalzar la geografía y la población ilustre de su provincia de origen, Cuenca.
Hijo de campesinos dueños de una escasa fortuna, Fermín Caballero nació en la pequeña localidad conquense de Barajas de Melo en 1800, donde gracias a la aceptable condición de sus padres, tuvo acceso a una educación esmerada.
Desde su niñez y por deseo de su padre, sus estudios académicos estuvieron enfocados a los hábitos eclesiásticos y las mismas circunstancias lo llevaron a estudiar Filosofía en Cuenca y después, Teología en Zaragoza.
Con una fuerte implicación política, tras la revolución de 1820, Caballero cortó esta progresión litúrgica y se apartó de los hábitos para estudiar Derecho en Alcalá y Madrid. Con la convalidación de asignaturas que realizó pudo además cursar Botánica, una de sus aficiones.
Durante su periplo en Alcalá tomó contacto con el doctor Nicolás Heredero, catedrático de Literatura y de elocuencia en la misma universidad y académico de la Historia. Heredero siempre lo protegió y lo dio a conocer en varios sermones patrióticos en Santa María la Mayo. Cosas de la vida, Caballero acabó por enamorarse de Paula Heredero, su sobrina, con quien acabaría casándose en Madrid un 23 de mayo de 1921.
Realizar los planos topográficos de Barajas de Melo, Cuenca, Alcalá, Isabela, los Hueros, San Martín y Navalmoral de Pusa, Talavera de la Reina, Malpica, etc., le valiero para que, un año después de su enlace, Fermín Caballero fuese nombrado profesor de Geografía y Cronología en la Universidad Central de Madrid. Justo ese año, en 1822, ofreció a la Diputación de Madrid un plan de división provincial.
Sin dejarlo de lado, en 1823, los estudios de jurisprudencia en la universidad de Alcalá permitieron a Fermín Caballero obtener la abogacía. Con la titulación bajo el brazo, el hasta ahora profesor, decidió ejercer de letrado en el bufete de Manuel María Cambronero desde el 11 de julio de 1824.
Durante los siguientes años, ejerció de redactor jefe en el periódico 'Boletín de comercio', llamado más tarde 'Eco del comercio' y del que fue director. Desde este periódico, Caballero influirá en la campaña política del progresismo, en la caídas de ministros y en conspiraciones juntistas.
De pluma insobornable, tuvo incidentes con militares como el general Bretón, que intentó atropellarle, o el general Fernández de Córdova que lo retó a duelo.
El todavía joven letrado, también desarrolló su faceta de escritor con 'Las correcciones fraternas a Miñano' (1826- 1830) y otras obras de crítica geográfica, escritas con gracia e inteligencia y que le dieron repercusión mediática. Mesonero Romanos, en una ocasión, llegó a decir de él que era “sencillo y hasta tosco en sus modales, tardo y elocuente en la palabra, pero que en sus escritos revelaba bien lo mucho que sabía, su agudo donaire y su intencionada y castiza frase”.
De ideas liberales, se afilió al Partido Progresista y en 1834 fue elegido por Madrid y Cuenca para ocupar uno de los escaños como procurador, optando por el de esta última provincia. En esta época convulsa y de continuos cambios políticos, Fermín Caballero alcanzó la alcaldía de Madrid y dirigió el Ministerio de la Gobernación durante el mandato de Joaquín María López, pero tras la caída de este gobierno, abandonó la actividad política y se centró en el trabajo intelectual, publicando numerosas obras.
Caballero retomó la política al volver a ser diputado por Cuenca en las Constituyentes de 1845-1856, pero el interés por los estudios geográficos y agrarios estuvieron presentes a lo largo de su vida. En 1864 publicó su obra más importante 'Memoria sobre el fomento de la población rural', basada en la idea fundamental de los cotos redondos, lo que le permite ocupar un lugar destacado en la historia de la agronomía española. Fue miembro de la comisión de División Territorial y trabajó para sentar las bases de un sistema estadístico y del censo de población. Entre las numerosas obras publicadas destacan 'Nomenclatura geográfica de España' (1834), 'Manual geográfico-administrativo' (1844) y 'Fomento de la población rural' (1863).
En sus últimos años Caballero se dedicó a realizar trabajos bibliográficos dedicados a los ilustres de su amada provincia Cuenca. Cuatro volúmenes bajo el título general de 'Conquenses ilustres', entre los que destacan nombres como Lorenzo Hervás, Melchor Cano, Alonso Díaz de Montalvo y los hermanos Alonso y Juan de Valdés.
Al morir el 17 de junio de 1876, se creó una fundación que daba premios a vecinos del pueblo que destacaban por su moralidad y buenas costumbres y también a los mejores cultivadores.
Fermín Caballero Morgáez fue enterrado en Madrid, en el cementerio de San Nicolás. Posteriormente, sus restos se trasladaron al cementerio General del Sur y más tarde al Panteón de Hombres Ilustres de Atocha (1914).