Un total de 80 licencias de VTC han sido aprobadas por el Tribunal Supremo en dos sentencias que sentarán jurisprudencia y que las administraciones prevén que provoquen un aluvión de 10.000 más.
El vacío legal que fue registrado en la legislación de las licencias VTC entre 2009 y 2013 ha vuelto a provocar sonrisas en Uber y Cabify y cabreo en el sector del taxi. Este martes, el Tribunal Supremo ha dictado dos sentencias por las que confirma la concesión de un total de 80 licencias de este tipo que habían sido denegadas en 2014 por la Comunidad de Madrid.
Se trata de las primeras licencias de las miles, unas 10.000 según estimaciones de los ayuntamientos, que se espera que los tribunales ratifiquen en virtud del referido periodo de tiempo, en el que estuvo vigente una ley que liberalizaba el sector y no fijaba una proporción entre el número de licencias de taxi y de los VTC. Posteriormente, en noviembre de 2015, el Gobierno cambió la legislación e impuso por Real Decreto la concesión de una licencia VTC por cada treinta que se otorgara al taxi.
No obstante, los solicitantes de VTC a los que las administraciones negaron licencias durante esos años recurrieron los rechazos que en algunos casos sus solicitudes recibieron de la Administración a los a los tribunales, que ahora les están dando la razón.
Así, mientras empresas como Uber y Cabify viven un crudo enfrentamiento con el sector del taxi, el Ministerio de Fomento ultima un Decreto Ley con medidas para reforzar el control de todo el sector. Entre las medidas que diseña la cartera dirigida por Íñigo de la Serna figurará la prohibición de que las empresa de VTC vendan las licencias en los dos años después de su concesión, a recoger sus servicios en un registro público y a llevar una matrícula que les diferencie de los taxis, entre otras.