El madrileño Teatro Novedades abría sus puertas el 13 de septiembre de 1857 sin saber que al poco tiempo se convertiría en el teatro más importante de la capital durante sus años de esplendor. La reina Isabel II y don Francisco de Asís asistieron al estreno de ‘El mejor alcalde, el rey’, de Lope de Vega, interpretada por José Valero, Salvador Cayrón y Trinidad Vedía.
El ‘Coliseo’ –así fue bautizado cariñosamente– era uno de los teatros más cómodos y lujosos de Madrid. Allí actuaron las mejores compañías de la época como Calvo y Vico, que llenaron la platea del teatro en incontables ocasiones, y se vieron obras que sobresaltaron al público como ‘Candelas’, suspendida en su tercera sesión por el gran entusiasmo de los presentes ante el protagonista Luis Candelas, famoso bandido madrileño.
‘El Alcalde Toreador’ sustituyó a esta obra, generando tensión entre los asistentes cuando, en una de las sesiones, se rompió la cuerda del novillo que tenían atado y este se escapó al foso de la orquesta, donde fue inmovilizado.
Estas y otras anécdotas fueron sucediéndose hasta que a comienzos del siglo XX, el teatro cayó en decadencia y empezó a perder su fama y su brillo después de haber albergado grandes obras de diferentes géneros, de los cuales siempre destacó la zarzuela.
Necesidad de una reforma urgente
La pérdida de su esplendor y el estado ruinoso al que se estaba acercando clamaban a gritos una reforma urgente. La primera, llevada a cabo en 1906 durante 11 días, estuvo dedicada a modernizar la instalación eléctrica.
Años después, el 6 de septiembre de 1913, el Teatro Novedades inauguraba la temporada tras su segunda reforma, todavía llevándose a cabo, con las obras 'Gente menuda', 'La señora capitana', 'Renato, conde de Luxemburgo', y 'Con permiso de Romanones'. Todas registraron buenas entradas, algunas con lleno completo, lo que daba señales de la recuperación del ‘Coliseo’ madrileño.