A 26 kilómetros de la capital, en Ajalvir, se ubica Recycling Hispania, una planta de reciclado donde, a diario, llegan toneladas de vidrio provenientes de los contenedores verdes de la región. Ésta es una de las 14 plantas de reciclaje que colaboran con Ecovidrio en toda España. Nada más llegar allí, el ruido del tintineo de los cristales y el suelo repleto de fragmentos de vidrio, nos indican que hemos llegado a lugar apropiado para conocer cómo se desarrolla el proceso de reciclado.
Hasta aquí llegan llegan los camiones que tras atravesar las puertas de la planta, se pesan en la báscula situada a la entrada. A continuación, descargan el contenido formando enormes columnas de vidrio que irá siendo procesado. Envases, tarros, frascos y botellas son los residuos más frecuentes aunque a veces se cuelan otros elementos, es lo que se denominan impropios, aunque su volumen es tan pequeño que ronda el 2 por ciento. Unos 70 tráileres por semana entran en la planta y cada día procesa unas 300 toneladas de vidrio y unas 80.000 al año.
Cuando la carga del camión ha sido depositada en el exterior de la planta, se descargan en una tolva donde a posteriori, pasan a las cintas. Aquí es donde se separa el material útil de las impurezas, que son clasificadas para también ser recicladas, como ocurre con las tapas y tapones. Chapas, corchos, papeles y cerámica también serán eliminados en procesos posteriores. "El primer elemento de limpieza es el de las tapas y tapones que, a través de un imán, ubicado en la parte superior de la cinta, se pegan y se eliminan del proceso", explican fuentes de Ecovidrio. Lo peor es la loza y la cerámica que aparece, en ocasiones, entre los residuos. "Algunas personas piensan que hay que tirar los platos rotos al contenedor de vidrio y el problema es que la cerámica se funde a una temperatura más elevada que el vidrio por lo que podría dificultar el proceso".
Aunque la mecánica ayuda mucho en la cadena, varios operarios vigilan el circuito y la cinta transportadora por si los filtros anteriores no hubiesen eliminado todas las impurezas. "Los papeles y corchos se eliminan con corrientes de aire", detallan. Las mallas metálicas van rompiendo el vidrio para clasificarlo según su granulometría. Es necesario que tenga entre 3 y 5 centímetros para que pueda ser correctamente procesado en el horno una vez se someta al proceso de fundición que dará como resultado el calcín (es vidrio limpio, reciclado y triturado). "Con el vidrio triturado y limpio obtenemos el calcín, el material a partir del cual se fabrican los nuevos envases de vidrio". Además, en esta planta existe un filtro basado en sensores ópticos que separan el vidrio blanco del resto de colores.
El siguiente paso es llevar el calcín obtenido en la planta recicladora a las vidrieras donde introducen el material en hornos a altas temperaturas (entre 1.400 y 1.500º). Se convierte en una especie de pasta con la que se fabricarán las nuevas botellas, que se venderán a las envasadoras. Y así se obtiene el nuevo vidrio. "De una botella reciclada obtenemos otra botella. No desperdiciamos nada, de ahí que sea un círculo perfecto”.
Los beneficios medioambientales del reciclado
Los madrileños en el año 2015 reciclaron 78.016 toneladas de vidrio. Estos datos equivalen, si se colocan de pie y uno al lado de otro todos los envases reciclados en el 2015, a llenar una vez la superficie que ocupa el parque del Retiro en Madrid y 209 veces la superficie que ocupa la pista de juego del Santiago Bernabéu.
Por otro lado, reciclando 3 botellas de vidrio también se consiguen beneficios para el medioambiente. Por un lado se ahorra engería, la suficiente para mantener encendida una bombilla de bajo consumo durante 9 días, hacer funcionar un frigorífico 2 días completos o poner 3 lavadoras.
LA CADENA DEL RECICLADO DE VIDRIO, EN IMÁGENES: